• La ONU designó a 2011
como el Año Internacional de los Bosques, lo que nos brinda
la oportunidad de analizar y revalorar la importancia de estos ecosistemas,
dijo Martin Ricker, investigador del Instituto de Biología
de la UNAM
En su origen, 52 por ciento de la superficie
terrestre mexicana estaba cubierta por bosques y selvas, expuso Martin
Ricker, investigador del Departamento de Botánica del Instituto
de Biología de la UNAM.
Sin embargo, en un estudio realizado en colaboración
con especialistas del Instituto de Geografía y publicado en
2007 en la revista Biodiversity and Conservation, se observó
que para el año 2000, el área forestal era de 33 por
ciento de la superficie nacional, lo que corresponde a una pérdida
del 36 por ciento, en comparación con el 52 por ciento original.
La riqueza vegetal del país era tanta,
que al describir la exhuberancia natural de Texcoco, el gobernante
Nezahualcóyotl escribió “no acabarán las
flores, no cesarán mis cantos”, pero incluso en un país
que impresionó a los conquistadores españoles por su
variedad de climas y la diversidad de flora y fauna, la pérdida
de áreas verdes por la actividad humana es un fuerte golpe
para nuestra biodiversidad.
La importancia de conformar
un catálogo de árboles
Martin Ricker señaló que es
importante que los taxónomos se sumen a un proyecto que permita
hacer una descripción acuciosa de la riqueza vegetal de México,
especie por especie, tarea que hasta hoy no ha tenido alcances nacionales.
“Estudiar nuestra flora es crucial,
porque la diversidad de México es impresionante. Hay más
de 20 mil especies de plantas, y dentro de éstas, si consideramos
que un árbol es un organismo que alcanza cinco metros de altura
y tiene un tronco con un diámetro de por lo menos 10 centímetros,
entonces contamos con más de tres mil especies arbóreas.
Actualmente, elaboramos un listado actualizado de estas últimas”.
Mención aparte merecen los pinos (género
Pinus), que dominan el mercado nacional de madera, insumo
que incluso importamos de Estados Unidos. En México, existen
46 especies de pino, 40 por ciento de todas las que hay en el mundo.
“Casi la mitad de las especies de pino del orbe crecen en nuestro
país, y de éstas, el 39 por ciento son endémicas,
es decir, no se les encuentra naturalmente fuera de México”.
Riqueza subaprovechada
El investigador explicó que la deforestación
no es sólo un problema ecológico, sino algo que debe
ser analizado con los conceptos y métodos de la economía
ambiental, campo definido como “el estudio de cómo la
humanidad se organiza para enfrentar el problema de la escasez de
la naturaleza”.
Por ejemplo, abundó, la tala ilegal
de árboles maderables aminora el precio de la madera en el
mercado, lo que causa que las personas con plantaciones forestales
acepten precios más bajos y tengan mayores dificultades para
cubrir los costos de manejo de sus plantaciones.
“Sea por cosechar madera o porque los
bosques son vistos como un obstáculo para la expansión
ganadera, han desaparecido muchas áreas boscosas y selváticas,
lo que nos hace perder un recurso que, bien aprovechado, serviría
para impulsar el desarrollo económico”.
Al respecto, añadió que muchas
de las llamadas “maderas tropicales corrientes no son nada corrientes,
y se podrían aprovechar comercialmente”. Además,
subrayó, se debe considerar que, a nivel mundial, el 18 por
ciento de las emisiones de dióxido de carbono, el causante
principal del cambio climático, se debe a la deforestación
de bosques y selvas.
Sin embargo, mencionó el académico,
hay datos que permiten mantener cierto optimismo, pues según
cifras del Informe de los recursos forestales mundiales 2010,
de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación (FAO), las áreas forestales tropicales
perdidas en los últimos 10 años son menores a las registradas
en la década anterior, y se ha logrado que 12 por ciento de
las zonas boscosas del orbe sean asignadas a conservación.
Por esta razón, el académico
propuso duplicar la superficie de áreas forestales protegidas
del país y desarrollar plantaciones forestales demostrativas
como herramienta para enseñar qué es un aprovechamiento
adecuado.
“La tierra constituye, con mucho, la
parte más grande, más importante y más durable
de la riqueza de un país”, señalaba el economista
Adam Smith; sin embargo, por mucho tiempo el gobierno no ha reconocido
al sector forestal industrial y no-industrial como estratégico
para el desarrollo”, advirtió Ricker.
“Por ello, debemos aprovechar que México
todavía cuenta con amplias áreas de bosques y selvas
primarios conservables. Destruirlas y luego restaurarlas donde se
pueda, es algo que saldría muy caro”, argumentó.
Año Internacional de
los Bosques
La Organización de las Naciones Unidas
(ONU) declaró a 2011 como el Año Internacional de los
Bosques (AIB2011). Al respecto, Martin Ricker indicó que esta
declaratoria brinda la oportunidad de instruir a la sociedad acerca
de los ecosistemas forestales, y también lograr que el gobierno
se enfoque en avanzar para la conservación y aprovechamiento
adecuado de las áreas naturales de México.
Los bosques y selvas proporcionan importantes
servicios ambientales, comerciales y no-comerciales, para la sociedad.
Ejemplos son el suministro de productos maderables y no-maderables,
el albergue para muchas especies de fauna y flora, el almacenaje de
agua y prevención de la erosión del suelo, la captación
de carbono que en la atmósfera aceleraría el cambio
climático, y los paisajes para la recreación.
“Por todas estas funciones, es importante
preservarlos”, finalizó.
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