• El rector de la UNAM sostuvo
que a estas instituciones corresponde plantear diagnósticos
y ofrecer soluciones
• En rueda de medios, hizo un balance de su gestión,
y dijo que ha habido una tendencia clara para favorecer a la docencia
y, particularmente, al bachillerato
Frente a los problemas del país, a
las universidades públicas corresponde plantear diagnósticos
y ofrecer soluciones, y la UNAM tiene el compromiso de contribuir
con esa tarea, consideró el rector José Narro Robles.
Al hacer un balance de su gestión,
expuso que ha habido una tendencia clara para favorecer a la docencia
y, particularmente, al bachillerato. En los últimos tres años,
se ha mejorado la infraestructura del nivel medio superior, licenciatura,
investigación, ciencias, humanidades y difusión de la
cultura.
En especial, resaltó la mejoría
registrada en la eficiencia terminal en todos los niveles. El número
de titulados en licenciatura es el más alto en la historia
de la institución; la graduación de doctores ha crecido
y los índices de productividad científica se han superado;
es decir, se escribe más y en mejores revistas.
En rueda de medios, sostuvo que México
vive problemas históricos, seculares, producto de su desarrollo.
La pobreza y la desigualdad no surgieron recientemente, ni son resultado
del siglo XX, son asuntos que acompañan a los mexicanos a lo
largo de la historia, y “tenemos que tomar la decisión
para encararlos y resolverlos”, apuntó.
El rector advirtió que el ser humano
ha demostrado que “ni la pobreza ni la desigualdad son irresolubles”.
En este sentido, planteó que debe lograrse una reforma fiscal-hacendaria
de fondo, que permita abatir el analfabetismo, el rezago educativo,
hacer realidad el destino del equivalente del uno por ciento del Producto
Interno Bruto para la ciencia, y duplicar la cobertura en educación
superior.
México necesita la formación
de más profesionales multidisciplinarios, por encima de los
monotemáticos. Para ello, se requiere apoyar la preparación
de los estudiantes, su movilidad, y ofrecer programas novedosos que
respondan a las necesidades actuales y futuras de la sociedad.
También, consideró que los
jóvenes y los adultos mayores requieren respuestas inmediatas.
Tenemos que “adelantarnos a problemas vinculados al ambiente,
la migración, el agua, la ecología y la demografía”,
indicó.
Vivimos una transición demográfica
relativamente avanzada, pero no hemos respondido a la situación
favorable por esta condición, ni tampoco nos preparamos para
contender con lo que le pasará al país y a los mexicanos
en 20 ó 30 años.
El compromiso de la institución es
formar más y mejores recursos humanos y buscar que sus programas
de bachillerato, licenciatura, especialidad, maestría y doctorado
tengan mayores rendimientos, añadió.
Es indispensable, resumió, alcanzar
el equilibrio entre humanidades y ciencias; es decir, continuar con
el apoyo a las bellas artes, la historia, la literatura, las lenguas
clásicas, lo jurídico, lo social, lo económico,
pero sin desatender campos como la ingeniería, biología,
física y química, entre otras.
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