Boletín UNAM-DGCS-047
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 23 de enero de 2011

Óscar Ugarteche


FALTA RESPONSABILIDAD MUNDIAL ANTE EL DAÑO CAUSADO POR EL MODELO ECONÓMICO

 

• Entramos a un mundo incierto y distinto, reconoce el Foro Económico de Davos

Por primera vez, los integrantes del Foro Económico de Davos reconocen que entramos en un mundo incierto y distinto, y aunque no se responsabilizan del daño causado por el modelo económico imperante, sí aceptan el tamaño del problema, afirmó Óscar Ugarteche Galarza, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

El WEF, como se le conoce mundialmente al Foro, se reunirá a partir del miércoles en Davos, Suiza, como ocurre desde 1971, para debatir el Informe Riesgo Global 2011, del Foro Económico, en su sexta edición.

El documento ubica dos temas cruciales para el desarrollo del mundo: la disparidad económica y el fracaso de la gobernanza internacional.

“Estamos en un contexto en el que, en los últimos seis meses, Bélgica, Argelia y Líbano no tienen un gobierno establecido. Tenemos revueltas sociales por el alza del precio de los alimentos y los energéticos, desde Chile hasta el norte de África. Actualmente, hay un problema de estabilidad y, a largo plazo, conflictos de sostenibilidad política”, reconoció.

Con el incremento de los precios a nivel global, no hay capacidad para administrar el conflicto político; la única respuesta, como sucede en Estados Unidos, es la criminalización de la protesta, lo que deriva en “regímenes represivos, para el libre mercado. Esto es una enorme contradicción”, añadió.

La crisis de la gobernanza global se puede apreciar en la medida que no se pudo culminar la Ronda de Doha de la OMC, y en que fracasó la cumbre climática de Copenhague, es decir, explicó Ugarteche Galarza, ésta es una “globalización desgobernada”.

Este último proceso “debería seguir reglas mundiales, pues tal ausencia llevó a la crisis financiera en el orbe; la falta de resolución de la crisis continuará mientras no exista una regulación”, reconoció.

Existen otros riesgos sistémicos, añadió, como los desbalances macroeconómicos globales, la economía ilegal y el nexo agua-comida. Los primeros, se expresan en que las economías de Asia, Latinoamérica, África y Medio Oriente financian a las 10 economías maduras, todas altamente deficitarias y endeudadas.

La sexta edición del Informe Global reconoce que la economía ilegal se sostiene, en un 50 por ciento, por el tráfico de estupefacientes, lo que genera recursos por 1.3 trillones de dólares, “lavados” a través de la banca internacional y empresas de bienes raíces.

“Una de las consecuencias que identifica el Informe son los estados frágiles y los fallidos, sobre todo, refiriéndose al continente africano. Si no se resuelve el tema de la economía paralela, no se solucionará el problema del Estado que requiere, para su funcionamiento, ingresos y administración legítimos de la fuerza”, abundó el experto en economía política internacional.

En el tema de la conexión agua-comida, el texto citado refiere el crecimiento de la demanda alimenticia, que presiona precios y genera hambrunas, mientras que la necesidad del líquido crece para aumentar la producción. Esto, reconoce el informe, puede derivar en conflictos geopolíticos, inestabilidad social y política, y daño ambiental irreparable. “Estima que la demanda alimenticia crecerá, en los próximos 20 años, entre 30 y 50 por ciento”, añadió.
A los riesgos analizados en el documento del Foro, “tendría que añadirse el cambio climático”, indicó Ugarteche; sin embargo “el peligro es que Estados Unidos no cree en el Protocolo de Kyoto, ni quiere cambiar su base automotriz”. Además, China tampoco desea contribuir a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero”.

Si Asia y Sudamérica, convertidas en las regiones de mayor crecimiento económico en el orbe, no utilizan cuanto antes energía limpia, en lugar de combustibles fósiles, “tendremos problemas por escasez de agua y por fenómenos naturales sin control”, advirtió.

El también coordinador del Observatorio Económico de América Latina, señaló que el único éxito sería cumplir con el Protocolo de Kyoto, lo que atañe a Europa, Estados Unidos y Asia. “El modelo económico en boga, además de ser excluyente, es muy contaminante. Son esos países los responsables de cambiarlo, de lo contrario, lo que vendrá será una revuelta mundial en el espíritu de lo que ocurrió en Túnez”, concluyó.

 

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Fotos

Óscar Ugarteche Galarza, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.