• Se otorgaron al laboratorio
de Enrique Ramón Ángeles Anguiano, y están
en proceso dos más contra garrapatas y cáncer
• El fundador y encargado del Laboratorio de Química
Medicinal de FES la UNAM, obtuvo el Premio Estatal de Ciencia y
Tecnología 2010, que otorga el gobierno mexiquense
El fundador y encargado del Laboratorio de
Química Medicinal de la Facultad de Estudios Superiores (FES)
Cuautitlán, Enrique Ramón Ángeles Anguiano, cuenta
ya con dos patentes: antibióticos contra helicobacter pylori,
y otra, casi en proceso final de registro, de nuevos compuestos como
antihipertensivos en problemas cardiovasculares.
A ellas, se sumarán dos más,
una contra garrapatas, que es un grave problema en el norte del país,
y otra contra cáncer (en general). Asimismo, en este momento,
su laboratorio cuenta con 54 compuestos activos a partir de modelos
basados en la estructura química de productos naturales y/o
comerciales.
Además, Ángeles Anguiano, investigador
con una sólida formación académica y reconocida
trayectoria de más de 30 años en la UNAM, obtuvo el
Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2010, en la categoría
de Ciencias Naturales y Exactas, en la modalidad de Ciencias, que
otorga el gobierno del Estado de México, a través del
Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología.
Su principal línea de estudio es la síntesis de compuestos
para nuevos medicamentos en el tratamiento de parasitosis, infecciones
bacterianas, enfermedades cardiovasculares y como antineoplásicos,
antihipertensivos y antivirales.
Egresado de la segunda generación
de la carrera de Químico Farmacéutico Biólogo
de la entonces Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENEP) Cuautitlán,
hoy Facultad; maestro en Química Orgánica con la especialidad
de Productos Naturales por la Universidad Autónoma del Estado
de Morelos, y doctor en Ciencias Químicas por la UNAM, el científico
inició su carrera académica en abril de 1979, en el
Laboratorio de Química Orgánica, como ayudante de profesor.
Hoy, cuenta con un grupo de investigación
donde “utilizamos tecnología de punta, como la supercomputadora
Kam Balam de esta casa de estudios, para hacer el diseño de
nuevos fármacos”. También, la síntesis
o preparación de compuestos en laboratorio, que se caracterizan
por métodos espectroscópicos para asegurar que su estructura
química sea la correcta y la pureza adecuada.
En la red multidisciplinaria e interinstitucional
de más de un centenar de integrantes que él mismo ha
fomentado, también participan la Facultad de la Medicina de
la Universidad Nacional, y otras instancias del Instituto Politécnico
Nacional, como el Centro de Investigación y Estudios Avanzados
y la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, además
de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Iztapalapa.
Se trata de consolidar colaboraciones en
España y Estados Unidos, “pero son procesos que llevan
mucho tiempo, debido a un tema que nos agobia: el insuficiente presupuesto
que el gobierno federal otorga a la investigación y la ciencia”.
Para diseñar un fármaco, explicó,
se debe estar consciente del problema a atacar. Un ejemplo es el éster
del ácido caféico (CAPE), producto natural que se encuentra
en la jalea real de las abejas; este compuesto, que descubrió
Saúl Villa Treviño, del CINVESTAV, tiene propiedades
contra el cáncer hepático.
De ese modo, “simulamos su estructura
en la computadora y vemos sus interacciones con los receptores químicos
en el organismo. Así, se determina qué características
debe contener el compuesto para tener actividad biológica”,
acotó.
Luego, también en el ordenador, se
realizan modificaciones y se simula la interacción con los
receptores. El resultado de los cambios “virtuales” es
una lista de compuestos potencialmente activos. “Al preparar
algunos de ellos y llevarlos a prueba, se descubrió una efectividad
mayor a la del producto natural, a un costo menor y mediante una preparación
fácil”.
Además, los resultados preliminares
indican que su toxicidad es muy baja. “Este es sólo un
ejemplo, y en ese mismo tenor, están los diferentes compuestos
que trabajamos”.
Antaño, recordó Ángeles
Anguiano, la obtención de compuestos químicos con actividad
biológica se hacía aleatoriamente, se preparaban mil
y se mandaban probar para saber cuáles eran activos; hoy, el
ahorro de tiempo es considerable mediante el uso de las computadoras.
La intención, sostuvo, es transferir
la tecnología a la industria, para ello, se requieren más
recursos que permitan a las investigaciones tener un ritmo más
dinámico y un alcance mayor del que se tiene en este momento.
Por último, el universitario expuso
que el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2010 es “una
satisfacción, pero no es una distinción sólo
para mí, porque esta trayectoria de más de tres décadas
no sería posible sin mis alumnos y colaboradores, así
como el apoyo de la familia. Es un reconocimiento para el grupo”.
-o0o-