• Alejandro Espinosa Calderón,
de la FES Cuautitlán, fue aceptado como “Miembro regular”
de esta asociación científica en la sección
de Agrociencia
• En los últimos años ha contribuido al desarrollo
de los dos híbridos de maíz más usados en los
valles altos de México
Por su destacada trayectoria y contribución
en las áreas del mejoramiento genético, tecnología
y producción de semillas y agronomía, Alejandro Espinosa
Calderón, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán
de la UNAM fue aceptado como “Miembro regular” de la Academia
Mexicana de Ciencias (AMC), en la sección de Agrociencia.
Para aplicar en la convocatoria de ingreso
de nuevos miembros, Espinosa Calderón fue invitado por Alfonso
Larqué-Saavedra, quien forma parte de la AMC, a raíz
de que el universitario recibiera, el año pasado, el Premio
Estatal de Ciencia y Tecnología en Ciencias Agropecuarias y
Biotecnología, otorgado por el gobierno del Estado de México.
Su presentación ante la Academia fue respaldada por Antonio
Turrent Fernández, también miembro.
Fundamental la producción de granos
El académico destacó que su
área de especialidad es importante porque la producción
de granos es fundamental para todos los pueblos del mundo.
“Ahora está más de moda
porque México importa 10 millones de toneladas de maíz
al año y cada vez será más difícil conseguirlo
en el mercado internacional, debido a que se destina a la fabricación
de biocombustibles”, precisó.
Asimismo, consideró que en el país
se tiene la tecnología, los técnicos, las tierras y
las condiciones para que el campo produzca lo que necesita el pueblo
mexicano; de hecho, refirió, Turrent Fernández afirma
que se “tienen reservas probadas de producción potencial
de 57 millones de toneladas de maíz”, pero es indispensable
invertir y dedicar esfuerzos para hacer realidad este potencial.
El país se encuentra en una grave
crisis de abastecimiento de granos, alimentos básicos y oleaginosas,
pues se importa casi 40 por ciento del trigo que se requiere para
fabricar pastas y pan; de cada 10 platos de arroz que se consumen
en los hogares mexicanos, ocho se cocinan con grano importado, y de
cada 10 litros de aceite que se ocupan, nueve se fabrican con oleaginosas
traídas del exterior.
Lo que hacemos en Cuautitlán, en coordinación
con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas
y Pecuarias (INIFAP), al desarrollar variedades de maíz, es
una opción viable sin necesidad de recurrir a los transgénicos
para lograr la suficiencia alimentaria, subrayó.
En los últimos años, en combinación
con el INIFAP, se han desarrollado los dos híbridos de maíz
más usados en los valles altos de México: el H-50 y
el H48. Recientemente liberamos dos variedades de grano amarillo,
la V-54-A y V-55-A, especiales para siembras de temporal retrasado,
en mayo y junio, y en los siguientes meses serán liberados
comercialmente otras tres para apoyar una mayor producción
y limitar las importaciones: Oro Ultra 3C, Oro Ultra UNAM C y Oro
Plus 2D, indicó.
Recientemente, añadió, en diciembre
se registró formalmente en el Catálogo Nacional de Variedades
Vegetales un híbrido denominado H-51-AE, el primero que se
obtiene por investigación pública y que tiene en su
esquema el proceso de androesterilidad para facilitar la producción
de semillas.
El investigador consideró que hace
falta mayor apoyo a este tipo de estudios y producir más semillas
nacionales para lograr una menor dependencia de las importaciones.
Ingreso a la AMC
En cuanto a su ingreso a la AMC, el ingeniero
agrónomo comentó que se cumple un sueño largamente
anhelado. “Es un honor estar ahí, pero al mismo tiempo
representa un reconocimiento a la labor desarrollada en colaboración
con mi equipo de trabajo. Es un indicador de que nuestro trabajo tiene
impacto social y, con ello, atiende a la filosofía universitaria”.
Además, la distinción de algún
modo obliga a redoblar esfuerzos y buscar más acciones en beneficio
de la Universidad, del país y de la sociedad, concluyó.
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