• El director del Centro de
Investigaciones en Geografía Ambiental de la UNAM fue galardonado
con la Medalla Benito Juárez 2010 por su trayectoria académica
A los 15 años tenía claro que
quería estudiar geografía, aunque a esa edad no imaginaba
lo que tendría que enfrentar para concretar su sueño.
Sin embargo, hubo muchas circunstancias adversas en su camino, y fueron
precisamente estas últimas, junto con sus ganas de seguir adelante,
las que confirmaron su vocación.
Gerardo Bocco Verdinelli, director del Centro
de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) y “geógrafo
de corazón y por convicción”, fue galardonado
con la Medalla Benito Juárez 2010, de la Benemérita
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE).
“Desde adolescente, me parecía
algo sumamente atractivo. Además, los maestros de bachillerato
fueron fundamentales en mi decisión. Por ello, al entrar a
la universidad ya tenía claro qué estudiar. Siempre
tuve interés por esta disciplina”, recordó.
El catedrático empezó sus estudios
de licenciatura en Argentina; sin embargo, debido a la dictadura militar,
huyó a México como refugiado político en 1978.
Cuatro años después, en 1982, se naturalizó mexicano.
“Una de las cosas que debo agradecer
a esta nación es que me haya permitido reincorporarme a la
vida universitaria. Ingresé a la UNAM para estudiar en el Colegio
de Geografía. Ahí cursé la licenciatura en 1978,
a unos meses de haber llegado a México. Una vez concluida la
carrera y maestría, me fui a hacer una especialización
y doctorado a Holanda”.
Tras su aventura en Europa, regresó
primero para trabajar en Tijuana, aunque después se incorporaría
al CIGA, desde su fundación en 2007, en el campus que la UNAM
tiene en Morelia, Michoacán.
Me tocó ser parte de los investigadores
fundadores. Anteriormente había sido técnico académico
en el Instituto de Geografía. He estado ligado a la UNAM durante
toda mi vida en México. No hay ningún minuto que haya
pasado aquí fuera de esta casa de estudios, dijo.
“Coordiné la creación
del centro. Primero fui jefe de departamento de la unidad foránea
del IG y, posteriormente, el primer director del CIGA. Afortunadamente,
sigo activo en lo académico”.
El paisaje, su pasión
Un aspecto que desde siempre apasionó
a Bocco Verdinelli es el paisaje, y ha sido justo su disciplina la
que le ha dado la oportunidad de conocer todo el país.
“Contemplar los escenarios naturales
es de lo más revelador y además una herramienta de trabajo
científica que permite hacer un trabajo de manera integral
entre cuestiones físicas, biológicas, bióticas
y sociales. La perspectiva de paisaje me ha mantenido interesado y
activo”, detalló Bocco Verdinelli.
Además, se reconoció como un
geógrafo que ha estado desde hace 40 años interesado
por el trabajo en comunidades rurales. “Desde que inicié
mi carrera, me atrajo lo que hacían”.
En este sentido, trabajar en el paisaje y
con la gente que lo construye me ha mantenido comprometido con la
geografía, “y así planeo seguir”.
La medalla
La Medalla Benito Juárez
fue un reconocimiento inesperado. Le fue concedida por su trayectoria
académica, pero no se enteró de esto sino hasta el último
momento. “No tenía idea de que el galardón me
iba a ser otorgado”.
La premiación se llevó a cabo
en el marco del XIX Congreso Nacional de Geografía organizado
por la SMGE, celebrado en la Universidad Tecnológica de Tabasco,
Villahermosa.
“Me dio mucho gusto, esta medalla es
reconocimiento para la UNAM y un incentivo más para retribuirle
todo lo que me ha dado”.
El investigador señaló que
su agradecimiento con la Universidad Nacional y México es permanente,
por ello busca mantenerse activo académicamente, tanto en la
investigación como en la docencia, además de que tiene
como meta personal consolidar el centro que actualmente dirige.
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