• Crónica e incurable,
daña al sistema nervioso central y es la afección
que causa más discapacidad entre los jóvenes del mundo,
pues afecta entre los 15 y los 50 años de edad
• En México, hay 15 enfermos por cada 100 mil habitantes,
proporción que creció en los últimos 20 años,
dijo Teresa Corona Vázquez, profesora de la Facultad de Medicina
de la UNAM
• La medicación ante una crisis y la rehabilitación
neurológica en etapas iniciales reducen daños irreversibles,
añadió la también directora General del Instituto
Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel
Velasco Suárez
El diagnóstico temprano de la esclerosis
múltiple es clave para reducir los efectos irreversibles de
esa enfermedad crónica del sistema nervioso central, la que
más causa discapacidad entre los jóvenes en el orbe,
afirmó Teresa Corona Vázquez, profesora de la Facultad
de Medicina (FM) de la UNAM, y directora General del Instituto Nacional
de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez.
Hasta ahora incurable, la esclerosis múltiple
afecta de forma irreversible a la Población Económicamente
Activa, entre los 15 y los 50 años de edad, especialmente a
personas de origen caucásico, por lo que su incidencia es alta
en países del norte de Europa, así como en Canadá
y Estados Unidos.
Aunque hay un debate abierto sobre su origen,
científicos de varios países exploran hipótesis
de tipo genético, ambiental y otras que la asocian a un virus
que pudo dejar huella inmunológica o mantenerse inerte y reactivarse
por razones aún desconocidas.
“Algunos estudios genéticos
buscan predisposición, mientras los factores ambientales consideran
elementos como la contaminación, dietéticos y exposición
a la luz solar”, señaló la neuróloga.
Respecto a la incidencia en México,
se estudia una predisposición que proviene de genes mediterráneos.
“En los últimos 20 años ha aumentado en América
Latina, incluido México, donde existen, según la zona,
entre cinco y 15 enfermos por cada 100 mil habitantes.
Es una frecuencia baja, pero ha cobrado importancia
porque afecta a los jóvenes y va en aumento”, añadió
la neuróloga.
Daño a la mielina, cicatriz cerebral
La esclerosis múltiple es una enfermedad
desmielinizante, es decir, afecta a la mielina, una lipoproteína
que cubre con varias capas a los tejidos nerviosos del organismo.
Al rodear las fibras nerviosas, la mielina
acelera la transmisión de los impulsos nerviosos hacia diversas
zonas del organismo, pero cuando falta, se produce una reducción
o hasta un bloqueo de los mismos.
“La mielina cubre a los nervios que
se comunican entre ellos para enviar la información necesaria
para poder movernos, hablar y realizar todas las funciones que comanda
el sistema nervioso central, tanto cerebrales, como medulares”,
explicó Corona.
La esclerosis múltiple se caracteriza
por tener episodios activos o exacerbaciones que causan daños
repentinos en los pacientes si en un área del cerebro ocurre
una desmielinización y la consecuente aparición de una
placa, cicatriz o esclerosis en un área cerebral que desactiva
alguna función del organismo.
Según la zona donde se produzca esa
cicatriz, se producen afecciones visuales, motoras, sensitivas, de
esfínteres y cognitivas, entre otras. De ahí que se
le llame “múltiple”.
Entre los síntomas más frecuentes
están problemas de visión, dificultad para hablar, parálisis
parcial o total de alguna parte del cuerpo, debilidad extrema o fatiga
anormal, temblor de manos, pérdida de coordinación o
de control del intestino y la vejiga, sensación de entumecimiento,
hormigueo y pérdida de equilibrio, entre otros.
Daño progresivo
La presentación más frecuente
de la enfermedad, detalló Teresa Corona, se llama brote-remisión,
y ocurre si se presenta un síntoma, por ejemplo una afección
visual o motora, que remite ese síntoma con o sin tratamiento,
y después de un tiempo vuelve a aparecer otro indicio.
Al cabo de cinco a 10 años, puede
hacerse progresivo y avanzar hacia la etapa secundaria-progresiva,
en la que se comienzan a sumar los síntomas, y se hace más
discapacitante.
“El manejo médico debe ser multidisciplinario
y el objetivo evitar que se sumen los datos para la discapacidad;
es decir, llevar al paciente a una calidad de vida adecuada”,
precisó la experta.
La otra forma de presentación es la
primaria-progresiva, y ocurre cuando la esclerosis no se presenta
por brotes, y desde el inicio, suma síntomas de manera progresiva.
“Afortunadamente, es menos frecuente”, señaló.
Tratamientos
Aunque hasta ahora es incurable, la esclerosis
múltiple es controlable, y el tratamiento en etapas tempranas
es fundamental para detener el daño irreversible, dijo Corona.
Durante las exacerbaciones o los brotes, se deben medicar esteroides
de forma intravenosa. “Con ello se disminuye la inflamación
del proceso en ese momento, y se busca evitar secuelas en el sistema
nervioso central, que se traduciría en una discapacidad”,
explicó.
Otro tratamiento se orienta a detener el
curso natural de la enfermedad y evitar que haya más brotes
y progresión.
“Para eso existen en el mercado fármacos,
la mayoría intramusculares o subcutáneos, que se aplican
en terapias individualizadas, según las necesidades de cada
paciente. Es una terapia molesta pero aceptable, con la que se logran
detener entre el 30 y el 40 por ciento de las exacerbaciones y con
ello la discapacidad”, destacó.
Uno más es la rehabilitación
neurológica continua. “Se debe hacer mediante el envío
de información y retroalimentación. Si un pie no se
mueve, hay que mandar la señal al cerebro de afuera hacia adentro”.
También, existe la rehabilitación
neurocognitiva, que se aplica si hay una alteración de funciones
mentales, de aprendizaje, memoria y orientación espacial.
Las rutas más novedosas para tratar
la esclerosis múltiple exploran la “remielización”,
que actualmente se estudia a nivel experimental en animales de laboratorio.
“Seguramente en el futuro habrá medicamentos para lograr
la remielización, pero aún no están en el mercado”,
finalizó.
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