• Afectan, principalmente, a
menores de cinco años, destacó Karina Judith Huesca
Gutiérrez, profesora de la FES Zaragoza de la UNAM
• Alrededor del 80 por ciento de estos padecimientos son de
tipo viral, indicó
En México, durante la época
invernal las enfermedades respiratorias ocupan el primer lugar de
consulta pediátrica, y el 75 por ciento, afecta a menores de
cinco años, refirió Karina Judith Huesca Gutiérrez,
de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM.
Asimismo, señaló la profesora
de la carrera de Medicina, alrededor del 80 por ciento de estos padecimientos
son de tipo viral, y las entidades más dañadas son Puebla,
Tlaxcala, Chihuahua y el Distrito Federal.
Por lo regular, los menores de dos años
son más propensos a tener problemas respiratorios, y a esta
edad, se presentan con mayor frecuencia y severidad; asimismo, se
considera que los bebés de menos de dos años pueden
presentar complicaciones más graves, e incluso corren el riesgo
de ser hospitalizados.
La pediatra explicó que las afecciones
más comunes en invierno son las de tipo viral, causadas por
los virus sincicial respiratorio, influenza y parainfluenza; en tanto,
las bacterianas son ocasionadas por el Streptococo pneumoniae,
Stafilococo aureus, Streptococo pyogenes, Haemophilus influenza b,
y Moraxela catarrhalis.
Dentro de los factores de riesgo, indicó,
están el bajo peso al nacer, el nacimiento prematuro, no recibir
leche materna, la relación de estos padecimientos con otros
como las afecciones cardiacas o respiratorias crónicas (asma
o displasia broncopulmonar); también, las presentan en buena
medida los pequeños con bajo nivel socioeconómico y
desnutrición.
Generalmente, los síntomas son fiebre,
tos, escurrimiento nasal, dolor de garganta y malestar general. Si
el cuadro es más complicado hay sibilancias (sonido silbante
durante la respiración), y dificultad o ruidos anormales al
respirar, apuntó.
Las enfermedades respiratorias, mencionó,
se clasifican de acuerdo con el cuadro clínico del paciente;
pueden ser agudas no complicadas y complicadas, y éstas últimas
son las que generalmente requieren un manejo hospitalario.
Si un niño presenta dificultad para
respirar, lo hace muy rápido, se le hunden las costillas, tiene
los labios morados, deja de comer, bebe pocos líquidos o está
decaído, son síntomas de alarma y necesita hospitalización,
alertó.
Aunque el número de casos se incrementa
en invierno, se debe reconocer que en las últimas dos décadas
ha disminuido 70 por ciento la mortalidad derivada de estos padecimientos,
destacó la también asesora del área terminal
de Internado y Servicio Social de la carrera de Medicina de la FES
Zaragoza.
Esto se debe a que se ha emprendido mayor
número de programas de prevención, se ha orientado a
la población acerca de los cuidados generales y los síntomas
de alarma; además, se han incluido inmunizaciones al esquema
de vacunación: la del neumococo y de la influenza estacional,
explicó.
Para reducir aún más la incidencia,
aconsejó, se debe procurar la leche materna; un adecuado estado
nutricional; tener completo el esquema de vacunación; mantener
a los infantes alejados del humo del tabaco o leña; abrigarlos;
no exponerlos a cambios bruscos de temperatura, y conservar ventiladas
las habitaciones.
Los cuidados que se deben tener cuando el
pequeño ya ha enfermado son alimentarlo e hidratarlo bien,
controlar la fiebre, no automedicarlos y acudir a consulta, subrayó.
Además, acotó, una medida importante
es lavarse las manos antes de preparar los alimentos, de regreso a
casa, después de ir al baño o de toser, cubrirse la
boca al estornudar con el antebrazo o con un pañuelo, evitar
acudir a lugares concurridos si hay enfermos, evitar saludar de beso
o de mano, y utilizar cubrebocas.
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