Boletín UNAM-DGCS-820
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 30 de diciembre de 2010

Arcadio Monroy


CREAN EN LA UNAM FÓRMULA PARA SIEMBRA DE VEGETACIÓN EN TALUDES ROCOSOS

 

• El desarrollo, de la FES Zaragoza, en proceso de patente, permite poner vegetación en superficies inclinadas, incluso en pendientes mayores a 45 grados, que tienen poco suelo o sólo roca
• Semillas de plantas herbáceas, musgo, micorrizas, pectinas de nopal de la especie Opuntia streptacantha y aceite esencial de romero, entre sus componentes

La hidrosiembra es una ecotecnia que sirve para sembrar vegetación en taludes o superficies inclinadas, incluso mayores a 45 grados, que tienen suelos superficiales o sólo roca. Consiste en una formulación semilíquida, como un gel, que se “proyecta” con ayuda de un cañón hidrosembrador –montado en un camión– sobre grandes superficies y en época de lluvias. De ese modo, se favorece el establecimiento de un tapiz o mosaico de plantas, especialmente de pastos.

En la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM, desarrollaron una formulación que sustituye los componentes químicos –como adherentes, fertilizantes, pesticidas e hidrogel– que constituyen la hidrosiembra tradicional, por otros de origen natural.

Esta técnica se inventó en Estados Unidos, en 1957, pero “la nuestra es la primera 100 por ciento natural, que además emplea especies mexicanas, pues el adherente proviene de un nopal, que ya era usado para esta propiedad en la época prehispánica al elaborar pinturas”, dijo Arcadio Monroy Ata, académico a cargo de este desarrollo, actualmente en proceso de patente.

“Para esta nueva formulación, me di a la tarea de sustituir cada uno de los componentes artificiales por otros naturales. Así, se retiene la humedad con musgo, que guarda hasta el 40 por ciento de su peso como agua; los fertilizantes se cambiaron por micorrizas, que son hongos microscópicos asociados a las raíces de plantas, que desarrollan una red de filamentos llamada red hifal, capaz de secretar ácidos y perforar las rocas, lo que aumenta la adherencia al sustrato. Además, conectan las raíces de las plantas y forman gremios vegetales”, explicó.

Como adherente principal, el universitario utilizó una fórmula prehispánica en base a baba de nopal de la especie Opuntia streptacantha, con resultados favorables, y en lugar de pesticidas y fungicidas químicos, utilizó aceite esencial de romero.

En la fórmula también se ponen semillas de pastos, que al germinar y desarrollarse “arman” con sus raíces una malla que retiene el suelo, se fija al sustrato y busca penetrarlo para adherirse aún más.

El desarrollo, financiado con recursos de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de esta casa de estudios, ha sido probado en bloques de mosaico y yeso, así como en tablas de madera, donde las plantas crecen como si tuvieran un “superpegamento”, que sostiene el peso de tierra y vegetales, aunque se trate de superficies más lisas que una roca pulida.

La hidrosiembra de Monroy sería útil en las carreteras de México, donde es común ver taludes desnudos, deslaves y caídas de roca; con una capa de vegetación, indicó, se evitarían esos problemas, pues se retiene el suelo y se infiltra la humedad.


La legislación de la mayoría de países desarrollados obliga a los constructores de puentes y caminos a la revegetación de taludes. En nuestra nación debería hacerse, no sólo por los problemas que se evitarían, sino porque una superficie con vegetación tiene más valor económico y ecológico, se protegen los recursos naturales y se mejora el paisaje, consideró el universitario.

Además, este desarrollo es de bajo costo y las plantas no requieren mantenimiento. “Es mucho más barato porque todos los ingredientes son accesibles; el abono, suelo, micorrizas y semillas no tienen un precio elevado. De modo adicional, ya no sería necesario importar los adherentes de Alemania”.

Otro aspecto prometedor es que la hidrosiembra “puma” no daña el ambiente. “Si hacemos la formulación con plantas, suelo, abono y micorrizas de cada región, la idónea para cada sitio, se podría impulsar un trabajo de rehabilitación ecológica. Encontramos una fórmula adecuada para tener plantas en cualquier sitio”, sostuvo el experto.

De entrada, abundó, puede tratarse de herbáceas, de pastos resistentes a la sequía, que reverdecen en época de lluvias y se secan en la temporada de escasez hídrica, para rebrotar en la siguiente temporada de aguas.

Monroy Ata explicó que con base en la formulación ya se piensa en un modelo para jardines verticales, pero de bajo mantenimiento y cero riego. Los existentes se basan en macetas pequeñas, con cactáceas y crasuláceas, que retienen humedad en sus tejidos, pero que requieren de un mantenimiento costoso, porque emplean una cisterna, un sistema de bombeo y riego por goteo.

Se necesita mejorar el sistema de jardines verticales y hacerlo más económico, prosiguió. Para tener “cero riego” habría que contar con un sistema de captación de agua de lluvia, almacenarla y que las plantas la utilicen paulatinamente. Podrían emplearse algunas plantas resistentes a la sequía, como cactáceas, agaváceas o crasuláceas, “pero este modelo apenas está en fase de experimentación”.


El universitario también piensa en apoyar la reforestación, y desarrolla un sistema de siembra de árboles en sitios deteriorados, basado en un contenedor de palma, una olla de barro con agua, suelo, abono y una plántula de, al menos, un año de edad.

Así, es posible revegetar sitios erosionados o con muy poco suelo. Para realizar la restauración ecológica de la vegetación de una zona deteriorada en particular, se colocaría un mosaico de vegetación de diversas plantas nativas, asociadas naturalmente en sitios cercanos poco perturbados y con micorrizas provenientes de la biota edáfica local. Significa que los restauradores de la vegetación en realidad copian modelos de gremios de plantas, que ya existen en la naturaleza.

“Si en la etapa de establecimiento se proporciona lo necesario a la planta para su crecimiento, ella busca cambiar el medio para hacerlo favorable a su desarrollo. Con la selección de especies idóneas, se puede mejorar el microclima de un sitio y el suelo donde medran”, sostuvo el académico.

El sistema de hidrosiembra está listo para usarse y “es un desarrollo orgullosamente realizado en la UNAM”. Una vez que concluya el proceso de patente, se ofrecerá a empresas dedicadas al establecimiento vegetal para realizar la transferencia de tecnología.

“Necesitamos un mundo más verde, que consuma el dióxido de carbono que hemos producido en exceso, que genere oxígeno, que mantenga la humedad. Tiene muchas ventajas la vegetación en áreas erosionadas, y un sitio estéril no tiene el mismo valor que uno con vegetación. México tiene 10 por ciento de la diversidad mundial de plantas, muchas son endémicas, y si no aprovechamos estas especies, se perderá un gran potencial de desarrollo”, consideró.

Además, 60 por ciento del territorio nacional está erosionado; por ello, se requiere el establecimiento de plantas, que es la manera natural de retener suelo y de filtrar agua de lluvia para formar reservas hídricas en el subsuelo, finalizó Monroy Ata.

 

 

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Fotos

Arcadio Monroy Ata, de la FES Zaragoza de la UNAM, desarrolló una técnica para sembrar vegetación en superficies inclinadas, incluso mayores a 45 grados, con productos 100 por ciento naturales