Boletín UNAM-DGCS-817
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 29 de diciembre de 2010

Ella Vázquez Domínguez


PIERDE MÉXICO 125 ESPECIES ENDÉMICAS, 130 DE AVES Y CASI 400 DE REPTILES POR DESTRUCCIÓN DE AMBIENTES

 

• La UNAM hace esfuerzos para su conservación, la pérdida es por razones económicas, sociales y políticas, indicó Ella Vázquez Domínguez
• La investigadora del Instituto de Ecología señaló que la modificación de ambientes naturales representa una de las mayores amenazas

En México, por destrucción o modificación de ambientes naturales han desaparecido, aproximadamente, 125 especies endémicas de mamíferos, 130 de aves, casi 400 de reptiles (de los de mayor diversidad en el país), cerca de 170 de anfibios, y de 10 mil a 15 mil de plantas, señaló Ella Vázquez Domínguez, investigadora del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.

La nuestra es una nación megadiversa, y se coloca en el tercer lugar en biodiversidad, sólo después de Indonesia y Brasil. Aquí habita una de cada 10 especies conocidas, recordó.

“La distribución de la biodiversidad genética no es homogénea, se determina por factores biológicos, ambientales y abióticos como clima, temperatura, geografía, geología e historia que otras especies comparten en el espacio”.

La destrucción o modificación de ambientes naturales y la introducción de especies exóticas a otros ecosistemas, representan las mayores amenazas, y aunque la UNAM hace esfuerzos para la conservación, “perdemos diversidad por razones económicas, sociales y políticas”, agregó.

La biodiversidad puede ser estudiada, y entendida, a nivel genético. De hecho, la variedad biológica que se asigna a grupos de distinta jerarquía (taxonómica), es producto de la evolución.

La generación continua de diversidad genética, y su extinción, es un fenómeno distintivo del desarrollo; sin embargo, hoy en día existe una preocupación por su incremento, inducida por la actividad de los humanos. Si una especie se extingue se pierde su genoma y su variación genética, explicó.

En ese sentido, la investigadora del Laboratorio de Genética y Ecología del IE, indicó que existe una disciplina conocida como filogeografía, que estudia la distribución genética de las especies y el conocimiento de sus razones y patrones.

“En filogeografía se consigue ADN de individuos de una especie a lo largo de toda su distribución, con trabajo de campo y por capturas directas, aunque dependemos mucho de las colecciones de museos. Una vez que se obtienen esos modelos, el proceso de laboratorio se realiza”, agregó Vázquez Domínguez.

Se extrae ADN y se procesa con diferentes marcadores y genes; al final, se obtiene información referente a los genes y su distribución geográfica.

Con el conocimiento de la diversidad y los niveles de variación genética, se puede estimar si es factible mover a los individuos para protegerlos; por ello, la variación genética y su distribución es importante en términos de conservación, añadió.

Se debe tener un esquema basado en los conocimientos de variación genética y biología de la especie, antes de poder hacer este tipo de movimientos. Para ello, concluyó, primero se debe tener información y niveles de variación genética, porque los individuos pueden no adaptarse, lo que provocará una extinción más rápida.

 

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