• Se han construido más
calles o puentes, pero no se ha previsto la necesidad de espacios
públicos, señaló Enrique Soto Alva, de la FA
de la UNAM
En la actualidad, en México se urbanizan
anualmente alrededor de 16 mil hectáreas, lo que equivale a
la incorporación diaria de unas 50 como mancha urbana por la
falta de planeación y la corrupción, aunque el principal
problema es la incapacidad del Estado para atender ese requerimiento,
consideró el académico de la Facultad de Arquitectura
(FA), Enrique Soto Alva.
El diseño vial y la movilidad en las
ciudades se han enfocado a favorecer el uso del automóvil particular
y, por ende, se han construido más calles, vialidades confinadas
o puentes, “y no se ha previsto la necesidad de contar con espacios
públicos de otro tipo como plazas, parques o banquetas más
anchas”.
Con el tiempo, esta situación implica
un obstáculo, pues se edifica nueva infraestructura vial, que
no necesariamente mejora la movilidad. “Esa no es la solución,
de hecho, en la actualidad muchos países la derrumban para
recuperar los espacios y establecer nuevos parques públicos,
pero en México seguimos construyendo”, dijo.
Capitales latinoamericanas, para el tránsito
de automóviles
Enrique Soto señaló que en
las últimas décadas las capitales latinoamericanas se
han diseñado para el tránsito de automóviles.
En México, por ejemplo, en las últimas décadas
los vehículos se comercializaron de manera masiva, en comparación
con naciones industrializadas como Inglaterra o Francia, que iniciaron
ese proceso desde finales del siglo XIX.
“La diferencia es que en los países
en vías de desarrollo el fenómeno urbano llegó
a partir de la segunda mitad del siglo XX, de forma acelerada y violenta”,
indicó el especialista.
La Organización de las Naciones Unidas
(ONU) señala que los territorios subdesarrollados se caracterizan
por tener una rápida urbanización, pues las autoridades
no tienen capacidad para dar respuesta a este proceso acelerado; “todo
el tiempo se expande la mancha urbana, sin planeación”,
comentó.
Hoy en día, el parque vehicular de
la Ciudad de México ha alcanzado tasas de crecimiento del ocho
por ciento anual, aunque no se cuenta con la infraestructura vial
suficiente, lo que genera tráfico y cuellos de botella.
Incluso, la estructura vial primaria es básicamente
la misma desde hace cuatro décadas; se expandió la mancha
urbana hacia la periferia, pero las nuevas zonas no cuentan con los
mismos niveles de equipamiento, dijo.
Estudios recientes en la licenciatura en
Urbanismo, identificaron principalmente 11 calles que estructuran
la circulación en la Ciudad de México, pues son las
vías que más se transitan en términos de actividad
económica y movilidad. Entonces, las mismas avenidas y arterias
principales se saturan porque se ubican en las zonas centrales.
De acuerdo con un estudio que publicó
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
en 1994, tres de cuatro viajes que se efectúan para asistir
al trabajo, tienen como destino el centro o transitan por el corazón
de la capital.
Además, no se ha considerado que conforme
se expande la metrópoli, también es necesario cubrir
otros requerimientos como empleo, vialidad, infraestructura, inversión
pública en zonas conurbadas, manifestó el también
coordinador de la licenciatura en Urbanismo de la entidad universitaria.
Ante esta problemática, Soto manifestó
que se deben establecer instrumentos y formas que consoliden las capacidades
locales, construir la ciudad desde una escala más humana (de
abajo hacia arriba), pues de esta manera se reducirían los
traslados innecesarios.
Asimismo, señaló la necesidad
de promover la utilización de otros medios de movilidad, como
las bicicletas, o garantizar que el peatón transite sin riesgos.
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