• Encontrar biomarcadores en
enfermedades neoplásicas permitirá proponer alternativas
para el pronóstico de tratamientos terapéuticos, explicó
Nora Gutiérrez, investigadora de la FQ
La mastografía detecta del 85 al 90
por ciento de los tumores existentes y es el mejor método de
diagnóstico por imágenes del que se dispone para identificar
lesiones mamarias mínimas, que se manifiestan sólo por
hinchazones menores de un centímetro de diámetro, y
que no son palpables en el examen médico.
No obstante, su valor para contribuir a la
reducción del número de muertes por cáncer, o
la extirpación de senos, es casi nula. Por ello, la profesora-investigadora
de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, Nora Gutiérrez
Nájera, trabaja en la búsqueda de biomarcadores en enfermedades
neoplásicas, que permitan proponer alternativas para el pronóstico
de tratamientos terapéuticos.
Se pretende obtener el perfil proteico de
células en cultivo de cáncer de mama y de epitelio de
mamas normales; con la identificación de biomarcadores en cáncer
de mama, se espera identificar proteínas que puedan usarse
en la génica para diagnosticar este padecimiento.
“Nuestro interés es el diagnóstico
temprano, y el primer frente es encontrar el tumor en etapas prematuras”,
explicó la también investigadora del Instituto Nacional
de Medicina Genómica (INMG).
Para desarrollar esta labor, se requiere
personal capacitado en diversas áreas: la clínica, donde
se proporcionen datos del paciente y muestras; bioquímica,
que se encargará de la obtención de proteínas;
en química analítica, que involucra la técnica
de espectrometría de masas para identificar proteínas,
y en bioinformática, que permite la organización y análisis
de los datos obtenidos.
Todo esto, abundó la especialista
en proteómica aplicada a la medicina, conduce a la propuesta
de nuevos marcadores de cáncer; en este caso, para el diagnóstico
temprano.
Este trabajo realiza un estudio de los perfiles
de expresión de proteínas totales y membranales en cáncer,
para encontrar proteínas que sean candidatas a ser marcadores
de diagnóstico de carcinoma.
Ello se realiza con un enfoque proteómico,
con la utilización de un modelo experimental de células
de cáncer de mama para la estandarización de las técnicas
y para la separación e identificación de proteínas
totales y membranales, previas al estudio con biopsia.
Entre las perspectivas de este estudio están
el uso de la información para realizar análisis en biopsias
de tejido normal, de tumor benigno como controles, y de cáncer
de mama, así como de sangre y orina de los mismos pacientes
para que los datos puedan emplearse en el descubrimiento de nuevos
biomarcadores de diagnóstico.
En México, las actividades de prevención
incluyen la comunicación educativa a la población, para
valorar factores de riesgo y promover estilos de vida sanos, que contribuyan
a la disminución de la morbilidad por este padecimiento, así
como acciones de detección temprana para la identificación,
diagnóstico, tratamiento y control oportuno, concluyó.
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