• El proyecto, patrocinado por
la Asociación Internacional de Vulcanología y Química
del Interior de la Tierra, es dirigido por Hugo Delgado Granados,
del Instituto de Geofísica de la UNAM
Identificar debilidades y fortalezas en los
trabajos vulcanológicos realizados en Latinoamérica
contribuirá a disminuir la magnitud de los desastres causados
por erupciones volcánicas en la región.
Así lo explicaron especialistas del
Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM y de otras instituciones
de América Latina, dedicados a analizar la infraestructura,
instrumental, laboratorios, redes de vigilancia volcánica,
acuerdos de cooperación institucional y formación de
recursos humanos capaces de hacer frente a eventos de esta índole.
Esta iniciativa, cuya finalidad es optimizar
las capacidades nacionales y ampliar la cooperación internacional
en este campo, lleva por nombre Debilidades y Fortalezas en América
Latina frente a Crisis Volcánicas: una Investigación
para el Mejoramiento de las Capacidades Nacionales y la Cooperación
Internacional, y es un proyecto dirigido por el especialista
del IGf, Hugo Delgado Granados.
La investigación, patrocinada por
la Asociación Internacional de Vulcanología y Química
del Interior de la Tierra (IAVCEI, por sus siglas en inglés),
busca mejorar el funcionamiento de las redes de monitoreo. “Hay
volcanes que son vigilados y, sin embargo, carecen de un sistema eficiente
de alerta en caso de posibles erupciones”.
La tecnología funciona, pero en ocasiones,
las características del monitoreo no son adecuadas para percibir
el incremento de actividad, lo que representa un foco rojo, añadió.
Como parte de este proyecto, vulcanólogos
de México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá,
Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina se reunieron recientemente
en Manizales, Colombia, para discutir las metodologías aplicables
al análisis regional.
El especialista del Departamento de Vulcanología
explicó que el proyecto potenciará las capacidades de
reacción ante una erupción, ayudará a establecer
nuevos lazos y fortalecerá los existentes entre las diferentes
instancias dedicadas a labores de estudio y vigilancia.
Además, comentó, administrará
la información relacionada con el monitoreo de los colosos
en Latinoamérica.
“En la primera etapa, nos hemos abocado
a integrar un inventario sobre lo que realiza cada una de las instituciones,
qué volcanes se estudian actualmente y con qué equipo”,
detalló.
“Esta información servirá
para saber cuántos activos hay en la región, cuántos
tienen mapas de peligro o reciben un seguimiento básico, cuáles
están mejor monitoreados y qué se debe hacer para impulsar
un mejor control sobre los de actividad más intensa”.
También se analizan las relaciones
interinstitucionales y entre países para encontrar nuevas maneras
de unir estrategias y fortalezas en la región. “Hay organismos
que monitorean, pero no realizan investigación o interpretación
oportuna de la información vulcanológica, lo que hace
urgente unir y coordinar fuerzas”.
En la fecha de conclusión del proyecto,
a finales de 2011, se propondrán maneras de vincular esfuerzos
a nivel institucional, no sólo para disponer de mejores instrumentos,
sino para ponerlos en manos de gente capacitada, señaló.
“Además, se desarrollará
una serie de trabajos en los que se determinarán las oportunidades
a nivel internacional y local que tiene cada país, para entrelazarlas
y hacer que el estudio de la vulcanología sea una prioridad
en materia de protección civil”.
Para concluir, Delgado Granados expuso que
la iniciativa identificará los medios para paliar las debilidades
en investigación vulcanológica y así mejorar
los estudios que, a la larga, ayudarán a mitigar el impacto
de las erupciones en los países latinoamericanos.
En el proyecto, también participan
especialistas de la Universidad Nacional de Salta, Argentina; Universidad
de Atacama, Chile; el Instituto Geológico Minero Metalúrgico,
Perú; el Instituto Geofísico de Ecuador y el Instituto
Costarricense de Electricidad, de la Universidad de Costa Rica.
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