• Es el cuarto encontrado hasta
ahora en el Sistema Planetario Upsilon Andrómeda, a una distancia
de 44 años luz de la Tierra, dentro de la “vecindad
solar”
• Por primera vez, un grupo mexicano detecta la presencia
de un planeta alrededor de una estrella, y el hallazgo se hizo con
la aplicación de un método propio, llamado AGA
• Los detalles serán publicados en enero del 2011 en
la revista Astronomy and Astrophysics
Un equipo de científicos del Instituto
de Astronomía (IA) de la UNAM, descubrió un exoplaneta
que orbita la estrella Upsilon Andrómeda, en la constelación
de Andrómeda, ubicada dentro de la llamada “vecindad
solar”, a una distancia de 44 años luz de la Tierra.
De acuerdo a la nomenclatura internacional,
ha sido nombrado Upsilon Andrómeda e (ups And-e).
El exoplaneta es el más parecido a
Júpiter descubierto hasta ahora, y comparte con el astro más
grande de nuestro Sistema Solar rasgos como su gran tamaño,
contenido gaseoso, masa (1.06 veces la de Júpiter), radio e
incluso el tiempo que tarda en dar la vuelta sobre la órbita
de su estrella, explicó Salvador Curiel Ramírez, quien
logró el hallazgo con sus colegas Jorge Cantó Illa,
Leonid N. Georgiev, Carlos Chávez Pech y Arcadio Poveda Ricalde,
todos investigadores del IA.
La importancia científica de este
descubrimiento, precisó Curiel, es que, con este cuarto astro,
Upsilon Andrómeda se convierte en el quinto sistema planetario
conocido hasta ahora, con al menos cuatro planetas.
Los resultados del trabajo se publicarán
en la edición de enero de 2011 de la revista Astronomy
and Astrophysics, en el artículo “A Fourth Planet
orbiting Upsilon Andromedae”.
En esa misma publicación, en 2009
Curiel y sus colegas presentaron su método Algoritmo Genético
Asexual (AGA), con el que han hecho posible el hallazgo, mediante
el uso de datos estadísticos disponibles y acumulados durante
más de 15 años por varios grupos internacionales.
Orbita una estrella semejante al Sol
La estrella que orbita el exoplaneta, Upsilon
Andrómeda, es del tipo F8 V y se parece al Sol en su edad,
de unos cinco mil millones de años, y su temperatura es de
alrededor de seis mil 100 grados, mientras el Sol tiene cinco mil
500 grados.
La masa de la estrella es 1.3 veces la del
Sol y su tamaño es 1.5 veces más grande que nuestro
astro rey.
Dada su cercanía con la Tierra, la
estrella Upsilon Andrómeda puede ser observada a simple vista,
sin necesidad de un telescopio o binoculares, en la Constelación
de Andrómeda, a 10 grados al este de la Galaxia Andrómeda,
donde se distingue como una estrella de color amarillento.
El método AGA
Aunque por años se ha dedicado al
estudio del nacimiento y primera etapa de las estrellas, desde 2008,
Curiel desarrolló, junto con Jorge Cantó y Elizabeth
Martínez Gómez (también del IA), el método
AGA, que puede ser usado para analizar datos –no solamente astronómicos–
y ajustar modelos teóricos a ellos.
Con este método se ajustan las órbitas de los planetas
y se obtienen los parámetros que mejor describen cada una de
ellas, además de la masa mínima de los planetas.
El método AGA se basa en las estrategias
genéticas de los seres vivos para alcanzar el individuo óptimo
o más apto, en este caso, el modelo que mejor representa un
conjunto de datos.
Lo novedoso, comentó Curiel, es el
uso de una estrategia asexual, como la que utilizan las bacterias,
y no sexual, como ocurre en la mayoría de los seres vivos,
incluido el ser humano.
“Resulta ser un método fácil
de implementar y muy robusto, que se nutre con gran cantidad de datos
estadísticos. El uso de una estrategia asexual significa que,
a partir de un individuo (en este caso un objeto celestre) pueden
nacer otros, mientras que la estrategia sexual combina dos individuos
(padre y madre) para tener descendencia”, detalló.
El “bamboleo” de un planeta
Para buscar exoplanetas, los astrónomos
universitarios tomaron en cuenta un “bamboleo” o tirón
gravitacional que los planetas producen en el momento en que orbitan
una estrella.
“Habitualmente, se piensa que es la
estrella central (en nuestro caso el Sol) la que jala a los planetas,
pero éstos también hacen lo propio con la estrella,
que a su vez orbita en torno a un centro de masa del llamado sistema
estrella-planetas”, explicó el universitario.
Una estrella sin planetas que gira a su alrededor
estaría estática, o moviéndose en línea
recta con velocidad constante. Pero con planetas orbitando, su movimiento
se altera, pues ella, a su vez, tiene que orbitar en ese centro de
masa.
“El bamboleo o tirón gravitacional
se observa desde la Tierra como un cambio en la velocidad radial de
la estrella, lo que produce un movimiento de vaivén, como si
la estrella se acercara y se alejara de nosotros en forma periódica.
Este movimiento es clave para inferir que existen planetas orbitando
esa estrella”, detalló el astrónomo.
El pequeño bamboleo (aparente acercamiento
y alejamiento) de la estrella indica la presencia de planetas en su
cercanía, y permite determinar las características de
sus órbitas como son su excentricidad (forma), distancia a
la estrella y su masa.
Con el método AGA y la detección
del bamboleo, los universitarios buscan un quinto planeta en torno
a Upsilon Andrómeda, pero fortalecen sus datos científicos
antes de comprobar su existencia.
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