• La académica de la
FP fue distinguida por su actividad precursora en el desarrollo
de métodos neuropsicológicos y psicofisiológicos
que permiten estudiar las relaciones entre la función cerebral
y la cognitiva humana
Por su trayectoria docente y de investigación
en el área de neuropsicología y psicofisiología,
Feggy Ostrosky, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM,
recibió el Premio Ciudad Capital Heberto Castillo Martínez,
Edición 2010 Bicentenario de la Independencia y Centenario
de la Revolución en la Ciudad de México.
El galardón, otorgado por el Instituto
de Ciencia y Tecnología del gobierno del Distrito Federal,
reconoce las contribuciones de científicos latinoamericanos
en distintas áreas del conocimiento.
La académica fue distinguida en la
categoría de Educación, ciencia y sociedad, en el área
de Científicas y científicos consagrados mayores de
45 años, por su actividad precursora en el desarrollo de métodos
neuropsicológicos y psicofisiológicos, que permiten
estudiar las relaciones existentes entre la función cerebral
y cognitiva humana, tanto en condiciones normales, como en presencia
de procesos patológicos.
Tras recibir el reconocimiento, que consta
de un diploma, una medalla de plata y una bonificación económica,
Ostrosky dijo sentirse “honrada, soñada y sumamente contenta”.
Por ello, agregó, “seguiré mi labor con la pasión
que siempre me ha caracterizado, porque soy afortunada de ser entusiasta
en mi vida profesional”.
Por 40 años, la universitaria ha impartido
clases en la FP y ha realizado investigación científica;
además, desarrolló la prueba neuropsicológica
Neurposi, que permite obtener el perfil cognoscitivo de pacientes
con alteraciones cerebrales, y que actualmente es utilizada por el
Instituto Mexicano del Seguro Social, y en otros países de
Latinoamérica
Durante años ha trabajado en la especialidad
de neuropsicología, rama del conocimiento que estudia la relación
entre el cerebro y la conducta; implementó una serie de instrumentos
neuropsicológicos para analizar ese vínculo en condiciones
normales y patológicas.
Por ejemplo, explicó, cuando existe
deterioro cognoscitivo en una persona se puede determinar si es por
envejecimiento normal o patológico; si es a causa del consumo
de drogas o abuso de alcohol, o si existe un perfil característico
de individuos violentos o multi homicidas. “Estos instrumentos
ayudan a encontrar la relación entre el cerebro y la conducta,
lo relevante es que las pruebas son estandarizadas para la población
mexicana, de acuerdo a la edad y escolaridad”.
También, Ostrosky se ha enfocado al
estudio del perfil neuropsicológico en poblaciones de bajos
recursos, para analizar los impactos que generan la cultura y la educación
en los procesos cognoscitivos.
Una línea novedosa y productiva ha
sido el estudio de la violencia, cuyo objetivo ha sido identificar
características de la personalidad, marcadores de la actividad
cerebral, la incidencia de eventos traumáticos tempranos, así
como la interrelación de estas variables para entender la emisión
de las conductas agresivas.
A la fecha, ha estudiado 340 internos de alta peligrosidad que cumplen
sentencias en diversos reclusorios de la Ciudad de México.
“Estas investigaciones podrían ayudar a entender cómo
se generan individuos violentos, para tomar medidas preventivas”,
manifestó. En esta línea de estudio colaboran los institutos
Mexicano de Psiquiatría, y de Neurociencias de Cuba.
Asimismo, ha analizado enfermedades neurodegenerativas
como el Alzheimer y el mal de Parkinson, para detectarlos de manera
temprana, y así prevenir o retrasar su progreso.
Ostrosky explicó que el trabajo desempeñado
desde hace más de 30 años está en la frontera
entre la psicología y la biología; por ello, durante
largo tiempo los psicólogos no valoraron su labor, pues argumentaban
“que se dedicaba a estudiar el cerebro”, mientras que
ellos sólo evaluaban los factores sociales. A su vez, los biólogos
y médicos consideraban que el estudio de las emociones o la
empatía, era labor exclusiva de los psicólogos.
No obstante, este año recibió
el Premios Universidad Nacional en el área de Docencia en Ciencias
Naturales, así como el galardón en Investigación,
de la Sociedad Mexicana de Psicología, y ahora el reconocimiento
Heberto Castillo.
Finalmente, la universitaria agradeció
a la FP por el apoyo profesional, “me siento afortunada porque
me permite llevar a cabo mi actividad docente, que está ligada
a mi labor de investigación”.
Actualmente, es académica de la FP,
adscrita al Departamento de Psicología desde mil 1979, donde
es Directora del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología.
Es nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores, y participa
con el máximo nivel de estímulos en el programa de Primas
al Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo.
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