• De julio a septiembre, los
precios del maíz se incrementaron 40 por ciento, del trigo
80 por ciento, y del arroz, siete por ciento, reveló Emilio
Romero, del IIEc de la UNAM
• Esta crisis afecta principalmente a países subdesarrollados
como México, con gran dependencia alimentaria; alrededor
del 50 por ciento de su consumo es importado
En los últimos meses, el incremento
de los precios internacionales de los cereales registraron un peligroso
escenario para la seguridad alimentaria mundial, aseguró Emilio
Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas
(IIEc) de la UNAM.
Al respecto, informó que, de julio
a septiembre del 2010, las cotizaciones del maíz se incrementaron
40 por ciento, mientras que los precios del trigo lo hicieron 80 por
ciento, y el arroz siete por ciento. Los tres constituyen la base
de la pirámide alimentaria a escala planetaria.
En un artículo publicado en el boletín
mensual Momento Económico del IIEc, de noviembre, Romero Polanco
advirtió que esta crisis afecta principalmente a países
subdesarrollados como México, que tiene una grave dependencia
en materia alimentaria: alrededor del 50 por ciento del consumo nacional
es de origen importado. Se estima que tan sólo en el caso del
trigo, los precios se duplicarán en los próximos meses.
Además, esta escalada empeorará
la situación de los más de 17 millones de mexicanos
que viven en pobreza alimentaria y exige a las autoridades modificar
sustancialmente sus políticas de abandono al campo y de la
población rural en México.
El economista de la UNAM señaló
que, a juicio de la Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO), y de distintos especialistas,
los incrementos están vinculados, principalmente, a la creación
de maniobras y de burbujas especulativas de financistas y grandes
bancos globales, así como de las grandes empresas trasnacionales
vinculadas al negocio agrícola.
Romero Polanco comentó que la circunstancia
ha hecho añicos los supuestos neoliberales que justificaban
las políticas de desmantelamiento de la producción local
de alimentos. Esa estrategia ignoró la emergencia de una nueva
división internacional del trabajo agroalimentario, basada
en la organización y control corporativo trasnacional de sus
estructuras y eslabones básicos.
En la actualidad, abundó, este modelo
es capitaneado por las grandes corporaciones agroindustriales, quimicofarmacéuticas,
biotecnológicas y de servicios, asociadas a los agro negocios.
Esta crisis ha logrado transformar a los países ricos del mundo
en potencias alimentarias.
-o0o-