• Ha disminuido el rango de edad porque las agresiones
en pareja empiezan desde el noviazgo, destacó Gloria Careaga,
profesora de la FP
• Aunque la física es la más evidente, sus demás
manifestaciones están presentes en diversos ámbitos
de la vida cotidiana, alertó
Hasta hace 10 años, la mayor parte
de las expresiones de violencia hacia las mujeres estaban dirigidas
a las amas de casa, y hoy están más enfocadas a trabajadoras
o estudiantes de niveles altos de estudios, afirmó Gloria Angélica
Careaga Pérez, profesora de la Facultad de Psicología
(FP) de la UNAM.
En ocasión del Día Internacional
de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, indicó
que en esta problemática ha disminuido el rango de edad, porque
las agresiones en pareja ahora empiezan desde el noviazgo.
Aunque la violencia física es la más
evidente, sus demás manifestaciones están presentes
en diversos ámbitos de la vida cotidiana. “Si se observa
la estructura de las relaciones en las que nos movemos, podríamos
decir que el género femenino está sujeto a un sinnúmero
de violencias; no sólo se ejerce en la relación conyugal
o de noviazgo, sino también en la estructura misma del sistema”,
apuntó.
Vista así, la violencia está
tan naturalizada en nuestra sociedad que se considera “normal”
que las mujeres ganen menos que los hombres o tengan poco acceso a
la vida política, ejemplificó.
Tampoco parece extraño que a pesar
de los méritos profesionales “no nos den un ascenso,
ni se tenga el mismo salario, no nos tomen en cuenta o que nos miren
de cierta manera”,
Un poco de historia
Careaga Pérez comentó que la
violencia contra las mujeres ha sido uno de los ejes del movimiento
feminista desde la década de los 70, sobre todo porque implica
un ejercicio de poder de los hombres, que por este medio, pretenden
castigar, disciplinar y controlar al sexo femenino.
A partir de su trayectoria, mencionó,
este fenómeno ha tenido distintas expresiones y hoy se pueden
identificar con mayor claridad diversos tipos de violencia, que van
desde la física, la más evidente, hasta la psicológica,
la económica y la política.
“Lo que se conmemora el 25 de noviembre
tiene que ver con la lucha contra la violencia física, pero
los análisis desarrollados en los últimos años
nos permiten ver la necesidad de una transformación social
grande, porque ese tipo de violencia no es más que la punta
del iceberg de lo que está atrás”, consideró.
La académica universitaria recordó
que esta conmemoración surgió en República Dominicana
por el asesinato de las hermanas Mirabal, quienes aportaron mucho
a la defensa de los derechos de las mujeres.
En México, subrayó, desafortunadamente
el movimiento feminista ha perdido radicalidad en su expresión;
de hecho, hoy existen pocas actividades que se desarrollan en esta
fecha y las que se realizan son organizadas por el gobierno.
Asimismo, agregó, se debe tomar en
cuenta que hay una masculinización de las mujeres. Ahora usan
un lenguaje muy parecido al de los hombres e incluso se comportan
como ellos; “muchas veces, se llevan a golpes con los chicos
y eso hace que se encubran ciertas cosas, o no se dan cuenta que a
los muchachos se les pasa la mano”.
El combate a la violencia contra las mujeres
requiere que se involucre la sociedad en su conjunto, para apostar
a relaciones más armónicas e igualitarias, algo que
en pleno siglo XXI aún no se ha logrado, sostuvo.
También, dijo, es importante diseñar
otras investigaciones, porque continúa el análisis de
la violencia con criterios de los 70. Debemos hacer estudios que den
cuenta de cómo viven hoy los hombres y las mujeres.
Además, se debe pensar qué
está pasando con los varones y cuáles son las acciones
políticas que el gobierno debe emprender para caminar de manera
más paralela e igualitaria, concluyó.
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