• Exhorta a la juventud a tomar decisiones con
valentía, ingenio y creatividad y asumir sus propios riesgos
• Ofrece conferencia magistral como parte de
los 100 años de la Universidad Nacional Autónoma de
México
Cálculo, estrategia, creatividad e
innovación que exige un juego de ajedrez puede aplicarse a
la vida misma del individuo para superar sus miedos o fracasos y alcanzar
exitosamente sus metas, comentó el Garry Kasparov, en el cierre
del ciclo de conferencias de la Primera Gran Fiesta Internacional
de Ajedrez organizada por la Universidad Nacional.
Ante cientos de estudiantes reunidos en la
Sala Nezahualcóyotl, el décimo tercer campeón
mundial señaló que vencer sus miedos y asumir los riesgos
le permitió convertirse en el ajedrecista más joven
en obtener el título mundial y continuar por más de
25 años dentro de la escala más alta en la clasificación
mundial.
“Lograr éxito en la vida personal
y profesional requiere una combinación de elementos como el
propio ajedrez; se tienen que tomar decisiones con creatividad, ingenio
y sin miedo al fracaso”, apuntó Kasparov, considerado
el ajedrecista más grande de todos los tiempos.
En su concurrida alocución, en el
marco del Primer Gran Festival de Ajedrez UNAM 2010, mencionó
que, al igual que todas las personas, ha tenido que enfrentar desaciertos
y fracasos como los ocurridos en 1981, año en el que sufrió
dos derrotas consecutivas “que me obligaron a analizar mis fortalezas
y errores para crear una estrategia propia que finalmente me dio el
éxito rotundo”.
“Aprender de mis errores y asumir con
valor el reto de tomar decisiones no sólo me permitió
superar esas derrotas, sino ganar en 1984-1985 cinco torneos mundiales
consecutivos”, agregó el famoso ajedrecista conocido
también cono el Ogro de Bakú, y cuyo legado después
de su retiro profesional en 2005, es su colección de libros
denominado “Mis Grandes Predecesores”.
Kasparov, de buen ánimo, ofreció
a los estudiantes consejos para evitar ser espectadores de sus propias
vidas. Lo primero, les dijo, es perder el miedo a tomar decisiones,
tener el valor de realizar un movimiento y confiar en su potencial
y en sí mismos”.
“La apatía e indefinición
constituyen los principales aliados del fracaso porque es más
riesgoso no hacer nada que ser persistente, creativo e ingenioso”.
En todo proyecto de vida, estudios o negocios,
se debe combinar táctica y estrategia, similar a las partidas
del ajedrez. Esta última, señaló, consiste en
saber qué hacer cuando no hay nada que hacer y la táctica,
es saber qué hacer cuando hay algo que hacer; es lo que define
el éxito o el fracaso”, puntualizó.
El ajedrecista, quien obtuvo el campeonato
mundial en 1985 al derrotar a Anatoly Karpov en Moscú por 5-3
y 16 empates, consideró como una obligación de los jóvenes
auto explorar sus fortalezas para obtener lo mejor de sí mismos
y aplicarlo a sus proyectores personales, lo que les permitirá
asumir riesgos con mayor confianza y, al final, obtener una recompensa
mayor.
Ser jóvenes significa no tener límites
para asumir con valor el reto de los cambios. “Lo peor, insistió,
es caer en la apatía o el miedo al fracaso que sólo
significa ser jalado hacía atrás por quienes están
ávidos de tomar decisiones y asumir con valentía sus
propios riesgos”.
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