• Concierto del Coro Académico Estatal de Rusia Pyatnitsky,
en el Centro Cultural Universitario
Fue una noche festiva. Al ritmo de alegres
balalaikas, el Coro Académico Estatal de Rusia Pyatnitsky cautivó
con su música, cantos y danzas tradicionales, que emanan del
espíritu y el corazón sensible del pueblo de esta nación.
La brisa otoñal esparció la
fragancia del alma rusa en la explanada del estacionamiento tres del
Centro Cultural Universitario. Allí, se reunió un amplio
auditorio que admiró el seductor arte ruso hecho música,
bailes y canciones populares, gente que disfrutó de la alegría
rusa.
Se esfumaron las barreras del idioma. Más
allá de no entender ruso, el público fue conquistado
por el lenguaje universal de la música. Vibró y bailó
con las canciones. Aplaudió las danzas populares, sobre todo
la presencia de las bellas jóvenes artistas vestidas de vivos
colores, quienes en el escenario lucieron como unas matryoskas (muñecas
rusas) gigantes, con sus brillantes ojos y sus bocas de fresa.
El próximo marzo, el coro cumplirá
100 años de llevar el alma de Rusia a todo el mundo.
Cantos populares rusos que embelesaron al
público, canciones para la luna y las estrellas de una noche
especial en el Centro Cultural Universitario.
Noche de paz. De cantos de vida y esperanza.
La comunidad universitaria apreció la dulzura de las flautas.
Sus suaves notas, como los ojos de los niños.
Oda a la vitalidad de la vida. Con ayuda
de la moderna batería, el coro imprimió un sonido contemporáneo
a varias de sus interpretaciones musicales que hablan de amor.
Noche callada. También hay momentos
de melancolía en los que instrumentos y cantos nos traen la
voz dolorida de la tierra rusa. Quizá el sabor amargo del llanto
eterno de los pueblos y su gente.
El público se enamoró con esta
única presentación en México del Coro Académico
Estatal de Rusia Pyatnitsky, que fue el primer coro popular profesional
en esa nación. Su primera actuación ocurrió en
2 de marzo de 1911. Desde entonces recorre el mundo.
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