• El rector inauguró la Primera Gran Fiesta Internacional
de Ajedrez UNAM 2010
• El aprendizaje de esta práctica mejora el desempeño
de los estudiantes, dijo el Gran Maestro Anatoly Karpov
• No es cierto que el deporte-ciencia pierda popularidad,
afirmó el también Gran Maestro Garry Kasparov
La cultura no es un lujo, sino una necesidad,
porque configura buena parte de los rasgos e identidad de una nación,
y atesora muchos de los valores esenciales de una colectividad, consideró
el rector de la UNAM, José Narro Robles.
Al inaugurar la Primera Gran Fiesta Internacional
de Ajedrez UNAM 2010, reconoció que si bien éste constituye
una actividad lúdica, divertida o un pasatiempo, también
puede ser visto como un juego, un deporte e, incluso, para muchos
se trata de un juego-ciencia o deporte-ciencia.
Es una actividad que ha estado enraizada
a lo largo de los siglos, y que ha avanzado y permanecido con la evolución,
el desarrollo y el progreso; es decir, se ha convertido en una muestra
de la cultura humana, dijo en la Sala Nezahualcóyotl del Centro
Cultural Universitario.
Asimismo, el rector Narro agradeció
a los maestros Anatoly Karpov y Garry Kasparov, “dos de los
ajedrecistas más grandes de la historia”, por su contribución
para hacer de este encuentro una fiesta de inteligencia, saber y comprensión.
En tanto, Anatoly Karpov, Gran Maestro Internacional,
destacó que el aprendizaje del ajedrez, la lógica y
la táctica no sólo ayudan en el juego, sino en la comprensión
de las materias que los jóvenes estudian en esta casa de educación.
También, resaltó este evento
organizado por la Universidad y saludó a los practicantes del
ajedrez, presentes y futuros. Después de este encuentro, el
juego seguirá desarrollándose a un nivel más
alto.
En tanto, Garry Kasparov, el otro Gran Maestro
Internacional, refirió que la universidad es el mejor lugar
para desarrollar ese deporte, porque es donde se abre su profundidad
y contenido. También, es cultura y ciencia, y representa un
enorme potencial que permite mejorar el sistema de educación.
Es falso, opinó, que esta práctica
pierda popularidad, y cada día tiene un mayor número
de adeptos. La carga emocional, resultado del festival, se aprovechará
para hacer más popular a este deporte-ciencia.
Valery Ivánovich Morozov, embajador
de la Federación Rusa en México, destacó los
firmes lazos entre ambas naciones, de amistad y profunda comprensión,
y la colaboración fructífera y diversa a largo plazo,
en interés por la paz, la estabilidad mundial y el bienestar
de los dos países.
Esas relaciones, prosiguió, abarcan
distintas esferas, como la deportiva, que permite fomentar vínculos
más profundos. “Espero que este torneo sea una gran fiesta
que conmemore las fechas significativas” que se celebran en
este 2010: 200 años de la Independencia y 100 de la Revolución
Mexicana y de la fundación de la Universidad Nacional, indicó.
Al dar la bienvenida a los asistentes, Sealtiel
Alatriste, coordinador de Difusión Cultural, expuso que en
el marco de las celebraciones por el centenario de la Universidad
Nacional, se da inicio a la fiesta, que sienta un precedente fantástico
por su dimensión y alcance.
En la inauguración, a la que asistió
Javier Ochoa de Echagüen Estibález, presidente de la Federación
Iberoamericana de Ajedrez, el coro Pyatnitsky de Rusia (compuesto
por 25 voces y 5 músicos), interpretó diversas piezas
y, después, los maestros Karpov y Kasparov realizaron una exhibición
de partidas simultáneas con los ocho mejores jugadores de esta
casa de estudios.
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