• Desde los tiempos
antiguos, se narran hechos y las hazañas de los héroes,
en la música, la literatura, la pintura, la filosofía
Ahora es el ajedrez el que nos cuenta los
secretos de historias cuya trama determina el movimiento de heroicos
peones, aguerridos caballos, majestuosos reyes, nobles damas, magníficas
torres y decididos alfiles.
En el marco de la Primera Gran Fiesta Internacional
de Ajedrez UNAM 2010, se realizan actividades culturales paralelas,
como el programa de tableros lúdicos, que consiste en representaciones
de historias a través de partidas con piezas gigantes de ajedrez.
El público participa y resuelve enigmas.
En las islas, en Ciudad Universitaria, se
instalaron tres monumentales tableros lúdicos, que imantaron
la atención del público que escuchó varias historias,
como la legendaria derrota de Napoleón Bonaparte a manos de
los rusos, principio del colapso de su imperio.
El narrador, dio un soplo de vida a las piezas
para que hablaran de esta página de la historia. El rey negro
se convirtió en Napoleón; el rey blanco, en el zar Alejandro
II; la dama blanca, en el mariscal ruso Kutuzov y, los equinos blancos,
en la caballería cosaca.
Era el verano de 1812, Napoleón emprendió
una ambiciosa campaña militar para someter a Rusia. Enfiló
un ejército imponente, numeroso, de medio millón de
soldados (peones). Avanzó penosamente hasta Moscú. Nunca
logró la anhelada victoria. La heroica resistencia rusa ( pasaje
narrado por peones, caballos, rey y dama) pulverizó al orgulloso
monarca. Fue la dama blanca la que asestó el definitivo golpe
final. El jaque al rey.
Este pasaje dejó majestuosa huella
en la literatura, en “La Guerra y la Paz” de León
Tolstoi. También, en la música con “Obertura 1812”
de Tchaikovsky. El ajedrez no se quedó a la zaga. El destacado
diplomático y ajedrecista Alexander D. Petroff (1799- 1867)
es el creador de las partidas que ilustran la mítica derrota
de Napoleón.
Los cuenta-cuentos concluyeron que se demuestra
que el ajedrez es una representación de la vida y las batallas
cotidianas e históricas del hombre, cuyo desarrollo se escenifica
con el movimiento de las inquietantes piezas sobre el tablero.
Y las piezas de los tableros lúdicos
continuaron con las narraciones. Por ejemplo, dieron vida a partidas
inspiradas en las proezas de Diego Armando Maradona, convertido en
un imparable alfil blanco.
Se escuchó que en el Mundial de Futbol
México 1986, Inglaterra y Argentina protagonizaron el partido
en el que Maradona anotó el llamado “gol del siglo”.
Las piezas detallaron la hazaña deportiva.
El imbatible alfil blanco eludió contrincantes
y en 10 segundos abatió al guardameta inglés (rey negro).
El gran maestro John Levitt es el creador de este enigma ajedrecístico.
Especialmente se hechizó a niños
que, por primera vez, se relacionaron con estas piezas gigantes. Gozaron
las salidas de los peones, los jubilosos brincos de los caballos,
las coronas de las damas, el poder de los monarcas, los alfiles y
su arte.
En forma espontánea participaron en
el juego-inteligencia. En sus inquietantes alegorías con el
juego infinito de la vida. Como han dicho poetas : Después
de todo qué es la vida.
-- o0o --