Boletín UNAM-DGCS-661
Ciudad Universitaria
11:00 hrs. 6 de noviembre de 2010

María Eugenia Gonsebatt


ANALIZAN INVESTIGADORES DE LA UNAM SECUELAS DEL AGUA CONTAMINADA CON ARSÉNICO

• En poblaciones expuestas, investigadores del IIB han descubierto daños en el ADN, la piel y el sistema inmune

En México, un número considerable de la población está expuesta al arsénico en el agua potable. Por ello, científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) estudian sus efectos en el organismo.

“Recientemente, se ha detectado que este elemento, a bajas concentraciones, tiene efectos neurotóxicos. En niños que consumen agua contaminada se han encontrado problemas de memoria y aprendizaje. Ahora buscamos los mecanismos por los cuales el arsénico induce neurotoxicidad”, dijo María Eugenia Gonsebatt, del Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental del IIB.

En un modelo experimental se trató a ratones con arsénico y se observaron sus efectos en diferentes regiones del cerebro; se conoce que aumenta el daño oxidante a proteínas y al material genético.

“Si descubrimos el mecanismo por el que se produce la oxidación y cuál es la respuesta del cerebro y otros tejidos, podríamos tratar de evitar el impacto; al identificar a los jugadores fundamentales en este proceso, es factible, en humanos, estimular esas vías de respuesta, inhibirlas o apagarlas para evitar el menoscabo”, explicó.

Oxígeno y envejecimiento

El envejecimiento es un ejemplo de oxidación en el organismo. El cuerpo se oxida porque respira oxígeno, pero el organismo ha desarrollado mecanismos para eliminar el daño producido.

“Tenemos enzimas y proteínas antioxidantes, y también desarrollamos moléculas que hacen esa misma labor. Muchas frutas y verduras que forman parte de nuestra alimentación contienen antioxidantes”, indicó Gonsebatt.

A dosis altas, el arsénico inhibe la función de las enzimas respiratorias, entre otras, y produce la muerte. A dosis bajas, se puede acumular en el organismo.

Si una persona consume ese elemento de manera crónica, el organismo no alcanza a eliminarlo; entonces, se acumula y causa daño oxidante.

En México, hay varias regiones donde se ingiere agua contaminada; debido a que las dosis no son muy altas, la intoxicación es lenta, los efectos no se detectan fácilmente, y no suelen aparecer sino hasta, aproximadamente, 20 años después; no obstante, hay individuos más sensibles, como los niños.

Dosis recomendadas

La norma mexicana establece que 25 microgramos de arsénico por litro es lo máximo que puede contener el agua potable, pero esta concentración está muy arriba de la norma internacional, que recomienda 10 microgramos.

En varias partes del país, se localizan sitios con agua en malas condiciones porque los pozos, profundos o superficiales, están contaminados.

Después de excavar un pozo, la Comisión Nacional del Agua revisa los niveles de arsénico para que se respete la norma, pero en ocasiones la gente perfora y extrae el agua sin la precaución debida.

Rompecabezas

“El arsénico actúa como oxidante; oxida proteínas y ADN, con ello, daña el material genético e induce cáncer. Sin embargo, no se sabe cuál es el primer paso, el segundo, ni el tercero en este proceso, el camino completo no se ha podido describir, es como un rompecabezas, tenemos algunas piezas, pero nos faltan otras. Con todas podríamos armarlo y encontrar las vías de muchos otros carcinógenos que funcionan de la misma manera”, indicó Gonsebatt.

En poblaciones expuestas, los universitarios han visto daños en el ADN, la piel y el sistema inmune. “El arsénico es un elemento que puede reaccionar con proteínas y otras partes de las células. Al descubrir el camino, podremos entender otras cosas y avanzar en la comprensión de la bioquímica de las células”, finalizó la investigadora.

 

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Fotos

La norma mexicana establece que 25 microgramos de arsénico por litro es lo máximo que puede contener el agua potable, pero esta concentración está muy arriba de la norma internacional, que recomienda 10.