• Es importante realizar estudios
para predecir la respuesta ante un medicamento y prevenir efectos
adversos que pueden tener consecuencias fatales, advirtió
Marisol López López, de la FQ de la UNAM
No existe ningún medicamento que sea
eficaz al 100 por ciento, porque la variabilidad de la respuesta individual
se relaciona con los factores ambientales, fisiológicos y genéticos.
Por lo tanto, “las personas no reaccionan igual a un mismo fármaco
o dosis”, advirtió Marisol López López,
académica de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.
En los factores ambientales y fisiológicos
interviene el estilo de vida de los sujetos, pues influye la alimentación,
el consumo de tabaco y alcohol, el sexo, el grupo poblacional, así
como la función orgánica (hepática y renal) y
las enfermedades concomitantes.
Mientras, en los genéticos influyen
los genes que codifican los productos proteicos que funcionan como
receptores, transportadores o enzimas metabolizadoras; éstos
actúan desde el momento en que se ingiere el fármaco,
hasta que el organismo lo desecha. Una diferencia entre los factores
ambientales y fisiológicos con los genéticos, está
cifrado en que estos últimos son permanentes porque el genoma
no varía.
La farmacogenética es una disciplina
que estudia la respuesta individual a la farmacoterapia con relación
a la variabilidad del genoma del individuo, explicó la especialista.
Surge prácticamente como una característica
mendeliana, monogénica, es decir, como resultado de polimorfismos
genéticos en alguna enzima, particularmente crítica
para metabolizar el medicamento.
En este sentido, dijo, es importante realizar
estudios para ser capaces de predecir la respuesta de las personas
ante un medicamento, porque existen tres escenarios posibles: la eficacia,
estado ideal porque el fármaco actúa en la forma esperada;
la ineficacia, y las reacciones adversas; estas dos últimas,
pueden tener consecuencias graves para la salud.
A un hipertenso, ejemplificó, se le
proporciona un antihipertensivo, pero si no responde eficazmente,
significa que no le ayuda, lo que puede derivar en un problema grave.
Por ello, es importante prever si individualmente
va a funcionar o no un fármaco, o si la dosis es la adecuada,
porque algunas personas presentan reacciones adversas, y es algo que
se podría predecir, indicó.
López recordó que el estudio
de esta ciencia se inició entre la década de los 40
y 50, pero a nivel internacional se han efectuado investigaciones,
a partir de las cuales se estima que la ineficacia de un medicamento
está en el rango de 25 a 80 por ciento.
En el seminario de Farmogenética,
en el auditorio D de la FQ, mencionó que en 1998, el investigador
Lazarou publicó los resultados de un metanálisis (análisis
retrospectivo que calcularon para el año 1994, en Estados Unidos)
que realizó en torno al nivel de las reacciones adversas en
los fármacos; en ese trabajo, refirió el porcentaje
de pacientes hospitalizados por reacciones adversas.
Los resultados mostraron que dos millones
216 mil personas (6.7 por ciento de la muestra) requirió hospitalización,
mientras que falleció el 0.32 por ciento. “Estas cifras
colocan a las reacciones adversas por fármacos entre la cuarta
y sexta causa de muerte en EU, aunque los números varían
por año”, advirtió.
Posteriormente, se realizaron otros análisis
en Suecia, España y Reino Unido, donde también coincidieron
que alrededor del seis por ciento de las personas presentaron reacciones
adversas. Desafortunadamente, en México no se cuenta con este
tipo de estudios, concluyó.
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