Boletín UNAM-DGCS-637
06:00 hrs. 26 de octubre de 2010


Irasema Alcántara Ayala


AUSENTE, UNA POLÍTICA DE PREVENCIÓN DE DESASTRES

• No hay continuidad, sino acciones fragmentadas a todos los niveles, afirmó Irasema Alcántara Ayala, directora del Instituto de Geografía de la UNAM
• Se publicó el libro Geomorphological Hazards and Disaster Prevention, editado por la universitaria y Andrew Goudie, de la Universidad de Oxford, y publicado por Cambrigde University Press

México es un país reactivo, donde no hay una política de prevención de desastres, porque no existe continuidad en los distintos niveles, desde el encargado de protección civil de una localidad, hasta las más altas esferas, sino acciones fragmentadas. “No hemos trabajado en conjunto, con la certeza de compartir información, ni con una visión preventiva”, consideró Irasema Alcántara Ayala, directora del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM.

Todos los días surgen noticias de sucesos de inundaciones o deslizamientos de cerros, y estos hechos, que antes ocurrían con intervalos de frecuencia mayores, ahora se observan cada año, añadió.

En ese ámbito aún falta mucho por hacer, de ahí la importancia del libro Geomorphological Hazards and Disaster Prevention, editado por la científica universitaria y Andrew Goudie, profesor y jefe del Departamento de Geografía de la Universidad de Oxford, y publicado por Cambrigde University Press. En la obra se muestra que son diferentes los elementos a considerar para llegar a una política efectiva de prevención.

La geomorfología, explicó, es una disciplina de las ciencias de la Tierra que, en la mayor parte del mundo, se deriva de estudios geográficos; analiza el origen y la dinámica de la superficie terrestre.

Una de sus partes fundamentales en los últimos años, ha sido el papel que tiene en el entendimiento de procesos geomorfológicos, vinculados con amenazas o peligros de origen natural.

Para Oralia Oropeza Orozco, investigadora del IG, la importancia de esos procesos radica en que están relacionados con los desastres. La tendencia mundial observada es que van en aumento por el incremento de la vulnerabilidad de poblaciones que se sitúan en lugares no aptos, y por el cambio climático.

El libro

Detrás de Geomorphological Hazards and Disaster Prevention, que surge del trabajo realizado con la Asociación Internacional de Geomorfólogos, está la importancia que debe tener esa disciplina en el ámbito de la prevención de desastres.

Se considera erróneamente que la naturaleza es culpable de éstos últimos, sin embargo, hay una parte que es aún más compleja: la vulnerabilidad, o las condiciones de susceptibilidad de las poblaciones por condiciones sociales, económicas, políticas y hasta culturales.

Al respecto, Alcántara Ayala, también presidenta de la Sociedad Mexicana de Geomorfología, indicó que “cuando se combinan ambos elementos se crean condiciones de riesgo, y cuando éste se materializa, se habla de desastres”. En ese sentido, el objetivo del libro es entender las dos partes como elementos medulares en la prevención.

A su vez, Oropeza informó que el texto consta de 21 capítulos en los que participaron 29 prominentes investigadores de universidades, institutos y laboratorios de Europa Occidental, América del Norte, China y Nueva Zelanda.

Tiene cuatro ejes principales: el estado del arte de la geomorfología desde la perspectiva de la amenaza o el peligro; la importancia de esa disciplina respecto al cambio climático; la aplicación de las tecnologías modernas (sistemas de información geográfica o de posicionamiento global, entre otros) en la evaluación y manejo de las amenazas y riesgos geomorfológicos, y el papel de esa ciencia en el análisis de la vulnerabilidad, el riesgo, la prevención de desastres y el desarrollo sustentable.

Además, abundó, el volumen se organiza en dos partes. En la primera, los autores brindan una gama de procesos geomorfológicos que representan una amenaza; la atención se centra en peligros en áreas montañosas: sísmicos, volcánicos, por movimientos de masa e inundaciones. También, se abordan los de áreas costeras, erosión de suelos, desertificación y degradación de tierras. En la segunda, se especifica el papel de las nuevas tecnologías.

Mediante estudios de caso o carácter general, se aporta información importante no sólo para especialistas, sino para los tomadores de decisiones. El texto, disponible en bibliotecas de la UNAM y de venta en Internet, es de alto nivel, pero con un lenguaje sencillo y accesible para todos, y es lectura obligada para los alumnos y profesores de geografía, finalizó Oropeza.

 

—o0o—

 

Fotos

Oralia Oropeza Orozco e Irasema Alcántara Ayala, investigadora y directora del IG de la UNAM, respectivamente.