Boletín UNAM-DGCS-631
Ciudad Universitaria
11:00 hrs. 23 de octubre de 2010

Úrsula Oswald Spring


URGE EN MÉXICO POLÍTICA DE SEGURIDAD “HUGE”

• Se requiere de una seguridad humana, de género y ambiental, que impulse procesos sustentables y equitativos, consideró Úrsula Oswald Spring, del CRIM de la UNAM

En México, urge una política de seguridad integral grande o HUGE (Human, Gender and Environmental Security), que impulse el desarrollo sustentable, así como la paz física y estructural para reducir la vulnerabilidad ante riesgos y desafíos que enfrenta el país por el cambio climático, y la crisis socioeconómica y política, consideró Úrsula Oswald Spring, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.

Para ello, el país necesita ampliar su visión de seguridad. En primer lugar, superar la visión de la militar y política, que incrementa el dilema de supervivencia, al limitar los presupuestos sociales, algo que genera inestabilidad socio-política y violencia física, estructural y de género.

“El Ejército no puede resolver amenazas actuales como el desempleo, la pobreza, la desintegración familiar, la drogadicción, los accidentes, los riesgos ambientales, conflictos socio-políticos, la falta de democracia, la débil participación ciudadana y la corrupción”, dijo.

Oswald aseveró que la alternativa es una seguridad grande (HUGE), que impulse procesos sustentables y equitativos, reforzados por la colaboración, la solidaridad y la resolución pacífica de conflictos, así como la reducción preventiva de riesgos.

“El futuro es la llamada `seguridad grande´ que impulse una democratización real, pero necesitamos un Estado rector fuerte, que implique una integración política, económica y social, donde el presupuesto se reasigne a favor de este proyecto alternativo y se aplique con transparencia y eficiencia”, puntualizó.

En la conferencia magistral Ampliando la Agenda de Seguridad y seguritizarla. Una propuesta de políticas públicas, añadió que los obstáculos para obtener esta certidumbre humana, de género y ambiental, están cifrados en políticas impuestas y una elite con intereses egoístas, que han generado desarrollo desigual, destrucción ambiental, injusticia, concentración de riqueza, pobreza, desempleo, carencias en salud y educación.

Esta visión del mundo está arraigada a la cultura patriarcal, que ha derivado en un modo de pensar caracterizado por la violencia, la exclusión, los intereses a corto plazo y un deficiente proceso de gobernanza.

Ante este panorama, destacó, es fundamental impulsar políticas incluyentes, que generen un proceso de paz, donde el entorno, el desarrollo, la estabilidad y la cultura se interrelacionen para impulsar un modelo integral alternativo al monopólico y neoliberal, que es propio del capitalismo excluyente.

“Se requiere una cuarta revolución verde sustentable, que permita superar los rezagos sociales y proteger a la biodiversidad”. La primera revolución fue la agrícola, hace más de siete mil años; la segunda, la industrial, a partir de 1750, y la tercera, la comunicativa, entre 1950 y 1990, explicó.

Hoy en día, estamos al borde del quiebre por los problemas socio-ambientales, pues no se ha impulsado una cultura de respeto entre el entorno y los seres humanos, prosiguió.

En este sentido, los medios de comunicación, escuelas, universidades e instituciones deben impulsar la capacidad de autogestión, porque se precisan procesos alternativos, que permitan superar los rezagos y dificultades que se presentan en el mundo; “el problema está en que se adoptan soluciones violentas”, indicó.
También se necesita invertir en ciencia y tecnología para generar conocimientos, crecimiento económico, bienestar y servicios ambientales que contribuyan a mitigar los impactos en los ecosistemas.

De esta manera, obtendremos una agenda de desarrollo humano con equidad, sustentabilidad y justicia, que impulse el capital humano, el ambiental, social, político y cultural, puntualizó al participar en el seminario ¿Seguridad amplia o militarización? Rumbo a una Agenda de Seguridad Nacional para México.

En el auditorio de la Coordinación de Humanidades, explicó que seguridad es un valor básico y una meta para cualquier ser humano, familia, comunidad, Estado-nación, comunidad internacional y organización. Posteriormente, indicó que el filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas, manifestó que se determina por nuestra cultura, experiencias, percepciones, y lo que los políticos y medios escriben acerca del concepto es un acto discursivo.

En ese sentido, el cuestionamiento que se le plantea a los científicos políticos es ¿seguridad para quién y para qué; cuáles son los valores en riesgo y cuáles las fuentes de amenaza?

Por ello, concluyó, desde 1990, con la conclusión de la Guerra Fría, la seguridad humana, de género y ambiental ha sido reconceptualizada al tomar en cuenta los peligros, amenazas, vulnerabilidades, riesgos y retos.

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Fotos

Úrsula Oswald Spring, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.