Boletín UNAM-DGCS-629
Ciudad Universitaria
06:00 hrs. 22 de octubre de 2010

Alejandro Frank


IMPULSA LA COMPLEJIDAD ANÁLISIS TRANSVERSALES DE PROBLEMAS MÉDICOS, AMBIENTALES Y SOCIALES

• Mecanismos cerebrales para tomar decisiones, redes genéticas, distribución de enfermedades emergentes y comportamiento social de multitudes, se abordaron en el Primer Congreso Mexicano de Ciencias de la Complejidad
• A dos años de su fundación, el C3 de la UNAM reúne a casi 200 investigadores y estudiantes de 25 entidades

Temas tan variados como los mecanismos cerebrales para tomar decisiones, las redes genéticas de los organismos y su relación con la evolución, el comportamiento social de las multitudes o las formas de distribución de enfermedades como la Leishmaniasis y el mal de Chagas, se abordaron en el Primer Congreso Mexicano de Ciencias de la Complejidad.

La complejidad como tarea investigadora tiene antecedente en el Departamento de Física no Lineal del Instituto de Física de esta casa de estudios, una temática que Germinal Cocho Gil y Gustavo Martínez trabajan desde hace cuatro decenios.

“El C3 no es una red ni es un centro, es un punto de encuentro para el trabajo transdisciplinario” y desde finales de 2008, dijo Alejandro Frank Hoeflich, director del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de esta casa de estudios, este proyecto ha desarrollado una original forma de hacer ciencia, transversal y multidisciplinaria, donde actualmente convergen casi 200 investigadores y estudiantes de 25 entidades de la UNAM.

Frank Hoeflich precisó que también se incluyen colaboraciones de científicos de siete estados de la República y seis países; académicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y los institutos nacionales de Cardiología, Enfermedades Respiratorias y de Medicina Genómica.

Aunque hasta ahora la comunidad del C3 está formada por universitarios que trabajan en otras instancias académicas de la UNAM, que se reúnen regularmente para trabajar en este proyecto, se analiza la posibilidad de impartir un posgrado nacional en Ciencias de la Complejidad, lo que podría cambiar su actual condición para insertarlo de manera formal en una estructura académica-administrativa, anunció.

Sociología y nuevas ciencias

Aunque su nicho inicial avanza sólido de la física a la biología, una de las conexiones de mayor potencial que ofrece la complejidad se dirige a las ciencias sociales, afirmó Pablo González Casanova, ex rector de la UNAM.

El investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales, afirmó que las nuevas ciencias -la complejidad, las ciencias de la información, la inteligencia artificial y la biología molecular, entre las de mayor alcance- han reconfigurado las relaciones sociales, en especial las de dominación-explotación, propias del neoliberalismo actual.

Pero, a la vez, ofrecen la posibilidad de avanzar hacia nuevos paradigmas y métodos que fomenten el pensamiento crítico, la liberación y una nueva relación de equidad.

“La necesidad de las nuevas ciencias y las nuevas dialécticas se convertirá en la tarea pedagógica más importante para la supervivencia del proyecto humanista y de la humanidad. Las nuevas ciencias son un nuevo modo de pensar y hacer, y ese modo de pensar y hacer, obliga a un nuevo pensar-hacer dialéctico de los pueblos, los trabajadores y los ciudadanos”, señaló.

Ética como sustento

Elena Álvarez Buylla, del Instituto de Ecología y una de las fundadoras del C3, propuso avanzar en la complejidad con el desarrollo de grupos multidisciplinarios que construyan un marco matemático, fomenten la integración entre sí y propicien la vinculación para tener un impacto virtuoso en la sociedad.

Basados en la ética, los investigadores que convergen aquí deben anteponer el compromiso con la búsqueda del bienestar colectivo virtuoso y de largo plazo, y ofrecer soluciones a problemas médicos y ambientales antes que a desarrollos tecnológicos que prioricen el lucro, resumió.

Nacido de la física no lineal

Nacido en la física no lineal y en todas las ramas del conocimiento, el concepto de “complejidad” impulsa, desde la Universidad Nacional, una nueva forma de hacer ciencia; analiza de forma transversal temas variados que tienen como elementos comunes procesos complejos, gran cantidad de datos y la utilización de una robusta capacidad de cómputo.

El físico Felipe Lara Rosano, del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET), destacó que el C3 ha sido diseñado para enfrentar problemas científicos de frontera y de carácter interdisciplinario que tienen gran importancia social y económica.

Entre ellos, la biodiversidad y el cambio climático, la sismicidad, el sistema bursátil en la economía o la formación de opinión y comunidades en las redes sociales.

Lara Rosano destacó que, basado en la física no lineal, la teoría de redes, la minería de datos y la simulación por computadora, el centro tiende puentes entre las ciencias exactas, naturales, sociales y las artes.

Pedro Miramontes, académico de la Facultad de Ciencias, recordó que la complejidad como línea de investigación tiene sus antecedentes en el Departamento de Física no Lineal del Instituto de Física de la UNAM, donde Germinal Cocho Gil y Gustavo Martínez Mekler trabajan en el tema desde la década de 1970.

A 40 años de distancia, la ruta pionera de Cocho Gil y Martínez Mekler se incrementa con el C3, no solamente al profundizar sus conocimientos, sino al ampliarlos a todas las áreas del saber.


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Fotos

Alejandro Frank Hoeflich, director del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) y coordinador del C3.