• Estamos obligados, advirtió
Oscar Ugarteche Galarza, investigador del IIEc de la UNAM, a cambiar
la estructura comercial y diversificar nuestros mercados
• La inestabilidad en el mercado de divisas, explicó,
sólo revela que los acuerdos monetarios de 1935, que dieron
lugar a la creación del FMI, ya dejaron de existir
• El problema de Estados Unidos, dijo, no es comercial sino
fiscal y China ha diversificado su moneda como una divisa de reserva
internacional ante la crisis del dólar
Ante la guerra cambiaria que se enfrenta
en los mercados, México debe diversificar sus exportaciones
y buscar nuevos socios comerciales, para no devaluar su economía
-dada su dependencia con Estados Unidos-, por el abultado déficit
fiscal que enfrenta ese país, la perspectiva de estancamiento
económico y la caída en el valor del dólar, afirmó
el académico de la UNAM, Oscar Ugarteche Galarza.
Integrante del Instituto de Investigaciones
Económicas (IIEc), advirtió que el problema de México
es que tiene un sector exportador rígido y concentrado en un
sólo mercado por su proximidad geográfica, y debe abrirse
a otros mercados.
Dado que Estados Unidos, Europa y Japón
no van a crecer, dijo, al país se le abre la posibilidad de
entender el mundo de otra manera, pero debe resignarse menos a las
rigideces del TLCAN y buscar una estructura distinta de comercio.
El también coordinador del Observatorio
Económico Latinoamericano, y miembro del Sistema Nacional de
Investigadores (SNI), consideró que la guerra de divisas ha
dejado en claro que los acuerdos monetarios de 1935, que dieron origen
al Fondo Monetario Internacional (FMI), han dejado de existir.
El problema de EU, explicó, no es
comercial sino fiscal porque emite bonos del Tesoro para financiar
ese saldo negativo y China los compra con su superávit comercial,
al igual que lo hace en otros países. Ello le ha permitido
diversificar su posición externa y situar el yuan como una
moneda de reserva internacional ante la crisis del dólar.
Entonces, abundó, no es que el yuan
esté infravalorado, podría incluso estar más
fuerte, lo que sucede es que el dólar está en crisis
y se ha devaluado frente a otras monedas, no las asiáticas,
porque ahora EU no está en posición de determinar qué
cosa es o no conveniente para el resto del mundo.
El académico aclaró que no
estamos ante el riesgo de una segunda recesión, sino en los
efectos de una crisis que inició en 2007, que ha sido profunda
y con distintas etapas; primero financiera; luego, la interbancaria
con el cierre de créditos (crédito crunch en 2008);
después, la comercial que trae consigo desempleo y bajos salarios,
y la fiscal.
Esta crisis, resumió, es larga y prolongada,
cuyo síntoma está en la lucha monetaria ante la pérdida
de liderazgo de Estados Unidos en el mundo, y la necesidad de cambiar
la tecnología usada hasta ahora en diversas ramas industriales.