La actual imagen
de los países industrializados es de catástrofe,
porque Estados Unidos y el Reino Unido registran un proceso
de desindustrialización profundo, sólo comparable
con los efectos que propició la Segunda Guerra Mundial,
advirtió en la UNAM, el economista e historiador francés
Kostas Vergopoulos.
El catedrático de la Universidad de París
VIII dijo que finalmente apareció una severa crisis
de los sistemas productivos y del empleo, porque en todas
las naciones hay paros, desocupación masiva y desequilibrios
en las cadenas productivas y el sector financiero.
Al ofrecer la conferencia “El nuevo poder
financiero”, en la Facultad de Economía,
subrayó que la crisis actual no sólo es de
la esfera financiera, sino del capitalismo en su conjunto.
El nuevo poder financiero impone el estancamiento
y el retroceso por la recesión, la deflación,
la disminución de la producción, del empleo
y de los precios, con el fin de asegurar sus propios beneficios.
Por ello, recalcó, el gran problema de hoy
no es la burbuja financiera, sino el estancamiento, el retroceso
económico, productivo y laboral; la burbuja financiera,
subrayó, sólo aparece como una causa más
de la falta de crecimiento.
Vergopoulos consideró que todavía
hay una gran confusión sobre la actual crisis y no
se determina con exactitud si es de origen financiero, de
deuda, de finanzas públicas, de la economía
o del sistema productivo, y si es mundial o producto de
la globalización.
Por otro lado, el catedrático francés
externó que en la última década la
deuda en los países industriales y desarrollados
occidentales se incrementó cuatro veces más
que los ingresos.
De esa forma, de acuerdo con el McKinsey Global
Institute, para el 2050 la deuda pública de
Japón subirá al 600 por ciento de su Producto
Interno Bruto (PIB); en Reino Unido, este pasivo se elevará
500 por ciento; en Estados Unidos, lo hará a razón
del 450; en Francia, será de 400, y en Alemania,
de 300 por ciento, refirió el catedrático.
Asimismo, indicó, durante la crisis actual
se han incrementado los sentimientos de inseguridad, por
lo que se ha generado un fenómeno de sobreahorro,
de precaución a escala mundial, sobre todo en los
países asiáticos, que son los más superavitarios
y los de mayor ahorro mundial.
En China, por ejemplo, la tasa de ahorro nacional
alcanzó el 55 por ciento de su PIB; en India, 46
por ciento, y en Japón y Corea del Sur, entre 35
y 40 por ciento.