Un cuatriciclo híbrido, que combina la energía
mecánica producida por el usuario con el pedaleo, con tres
motores eléctricos que aumentan la velocidad, fue diseñado
por un grupo de alumnos de las carreras de Ingeniería Mecánica
y Diseño Industrial de la UNAM, quienes hicieron equipo con
estudiantes de Ingeniería Automotriz de la Universidad Tecnológica
de Munich.
Asesorados por los profesores Alejandro Ramírez
Reivich, de la Facultad de Ingeniería, y Arturo Treviño
Arizmendi, de la carrera de Diseño Industrial de la Facultad
de Arquitectura, Eduardo Ulises González Zavala, Rodrigo
Espíndola Martínez (ambos de Ingeniería), Miguel
Tentori Gómez y Yunuen Hernández García (de
Diseño Industrial), asumieron el reto de diseñar y
construir un vehículo combinado.
Dos profesiones, dos nacionalidades
“El objetivo fue desarrollar un vehículo híbrido.
Los jóvenes de Munich ya tenían un primer prototipo
de cuatriciclo mecánico, pero se trataba de hacerlo híbrido
y en eso trabajamos juntos”, relató Eduardo González,
quien cursa el tercer semestre de la maestría en ingeniería
mecánica.
En tanto, Miguel Tentori, del décimo semestre de
Diseño Industrial, recordó que “el principio
fue difícil. Aunque todos hablábamos en inglés
a veces no nos entendíamos bien. Ellos están muy preparados
en el área automotriz y son muy puntuales y responsables,
mientras nosotros trabajamos con más calma, dedicamos mucho
tiempo a la planeación y diseño, y poco a la construcción.
Por eso, a veces creían que no terminaríamos en el
tiempo acordado”,
Asimismo, Rodrigo Espíndola, quien estudia el noveno
semestre de Ingeniería Mecánica, y quien junto con
Yunuen y Miguel se titulará de licenciatura con este proyecto,
indicó que “fue una experiencia intensa; algunas veces
estuvimos día y noche en la UNAM, pero todos aprendimos mucho.
Pensábamos en materiales y procesos eficientes y de bajo
costo, mientras ellos trabajaron sin esa preocupación, porque
tienen presupuesto suficiente”.
Cuatro ruedas y tres motores
Tras un trabajo conjunto de ocho meses –que combinó
comunicaciones remotas con una visita de los alumnos mexicanos a
Alemania, y otra de los germanos a nuestro país— lograron
el original prototipo.
Se trata de una estructura de fibra de carbono y kevlar,
resistente y liviana, con cuatro llantas y tres motores eléctricos,
dos ubicados en las llantas traseras y uno en la parte central,
donde funciona como generador, y capta la energía generada
por el usuario humano.
Desarrollaron todo el proceso para lograr el vehículo:
desde los planos y cálculos en papel, hasta la simulación
en computadora y, lo más difícil, la construcción
directa del artefacto, que los llevó a manejar materiales
y estructuras hasta entonces desconocidas en el contacto directo.
El cuatriciclo –que permanece en la Universidad Tecnológica
de Munich por ser la institución que financió el proyecto–
combina aspectos mecánicos de una bicicleta de cuatro ruedas,
con pequeños motores eléctricos, y se inscribe en
la nueva tendencia mundial de vehículos híbridos no
contaminantes, pensados especialmente para usarse en megaciudades.
Educación transversal
Más que pensar en avanzar el prototipo hacia una
transferencia tecnológica, lo importante de este proyecto
es fomentar la creatividad y la interrelación entre estudiantes
de ingeniería y diseño, que además sean capaces
de crear vínculos con alumnos de otros países, enfatizó
Arturo Treviño.
“No hay una división entre fondo y forma,
sino una idea conjunta que se desarrolla de manera integral desde
su concepción, donde el control de los avances lo llevan
los alumnos, pues los profesores operamos como asesores; son ellos
quienes toman las decisiones”, añadió el arquitecto.
En tanto, Alejandro Ramírez Reivich consideró
que estas experiencias ofrecen la posibilidad de utilizar su creatividad
y conocimientos en un ambiente integral y competitivo, donde las
empresas privadas están atentas a los desarrollos universitarios.
“La impresión de los alemanes después
de esta experiencia es que los mexicanos somos muy perfeccionistas,
y que pensamos en optimizar materiales y procesos”, señaló
Reivich, un investigador con más de 30 desarrollos tecnológicos
realizados a lo largo de tres décadas.
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