Con una procesión en la que 500 universitarios con
toga y birrete recorrieron calles del Centro Histórico, la
UNAM evocó la caminata con la que, hace 100 años,
se instituyó su carácter nacional.
Encabezado por el rector José Narro Robles, el recorrido
unió a siete grupos, entre ex rectores, miembros de la Junta
de Gobierno, Patronato Universitario, profesores e investigadores
eméritos, directores académicos, administrativos,
así como de institutos, centros y planteles del bachillerato.
Antes de la procesión, en Moneda y Seminario, donde
fuera la sede de la Universidad Real, el rector develó una
placa alusiva al centenario.
Después, al coro permanente del “Goya”,
inició el recorrido por Moneda, acompañado de estudiantinas.
Avanzó por la misma calle, hasta la confluencia de Correo
Mayor, y continuó por Justo Sierra para culminar en el Antiguo
Colegio de San Ildefonso, donde esperaba la ceremonia solemne, también
en remembranza de hace un siglo.
En San Ildefonso
Poco después, en el Anfiteatro Simón
Bolívar de San Ildefonso, la directora del Instituto
de Geografía, Irasema Alcántara Ayala, afirmó
que la UNAM es fuente de credibilidad y cuna de principios y valores;
sin duda, es el alma de la nación.
Describió a la Universidad Nacional como una institución
amiga, compañera, consejera, entrenadora, deportista, tutora,
precursora, científica, artista, humanista, verdadero bastión
intelectual, fuente de filosofía, de crítica, de reflexión
y de esperanza; de manera innegable para todos, madre, mecenas,
sueño y despertar, asentó.
A nombre de los consejeros directores, Alcántara
Ayala añadió que de la mano de pensadores como José
Vasconcelos, la Universidad inspira a romper el silencio opresor
de la ignorancia y a contagiar lo prodigioso que para el espíritu
colectivo tienen la tolerancia, el diálogo, la igualdad,
la democracia, la fraternidad, la solidaridad, la honestidad, el
respeto, la justicia, la libertad y la búsqueda de mejores
niveles de bienestar.
En su oportunidad, María Elena Mansilla y Mejía,
Consejera profesora de la Facultad de Derecho, cuestionó
¿qué fue, es y será nuestra Universidad?, para
inmediatamente responder: “Lo que fue, dependió de
nuestros ancestros; lo que es, de nosotros, y lo que será,
de quienes hoy se forman en ella”.
Por ello, instó a la comunidad universitaria “a
cuidarla, protegerla y defenderla, en reciprocidad por todo lo que
de ella hemos recibido y por lo que nos dará en el futuro”.
A su vez, Mario González González, Consejero
representante de los trabajadores, adscrito a la Dirección
General de Servicios Generales, dijo que para entender el presente,
se debe conocer el pasado, y así avanzar hacia un nuevo futuro.
Por ello, tienen que recordarse algunos acontecimientos, buenos
y malos, que ha vivido la UNAM y que le han dado identidad.
También, mencionó el otorgamiento de la autonomía
de esta casa de estudios, y rememoró la inauguración
de Ciudad Universitaria, en 1954, y el movimiento estudiantil de
1968, como un parteaguas de la lucha por la democracia del país.
Jordi Messeguer Gally, Consejero alumno de la Facultad
de Ingeniería, afirmó que los estudiantes de la UNAM
valoran la educación pública “porque somos hijos
de ella, y entendemos que es una inversión y no un gasto
como algunos detractores de lo público pregonan”.
Los universitarios, añadió, continuarán
con el enriquecimiento de la fuerza intelectual del país,
porque el acceso a la instrucción es la única manera
de igualar las oportunidades entre los jóvenes mexicanos.
Por ello, una de las luchas en la que estamos presentes los estudiantes
de la Universidad Nacional, y en la que participamos codo con codo
con el resto de los alumnos de México, es por la defensa
de la educación laica, gratuita y de calidad.
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