Un grupo de académicos de la UNAM, encabezado por
René Jiménez Castillo, coordinador de la especialidad
de Prótesis Maxilofacial de la Facultad de Odontología
(FO), diseña y elabora prótesis craneales a bajo costo,
estéticas, resistentes, y compatibles.
Aunque esta técnica aún no ha sido patentada,
porque se encuentra en etapa de protocolo, en tres años de
trabajo, en colaboración con el Hospital Juárez y
el Instituto Nacional de Neurología, se han realizado aproximadamente
42 implantes de alguna parte del cráneo, y todos han funcionado
satisfactoriamente, destacó Jiménez Castillo.
En México, indicó, existe gran cantidad de
personas que por problemas tumorales, patológicos o de trauma
sufren craneotomías, es decir, la pérdida de alguna
parte del cráneo.
Con ello, abundó, el cerebro queda cubierto sólo
por la duramadre –meninge exterior que protege el encéfalo
y la médula espinal– y expuesto a factores del medio
ambiente como cambios térmicos o golpes que pueden perjudicar
o alterar cualquier problema que ya se haya solucionado quirúrgica
y neuronalmente.
“Hace algunos años empezamos a trabajar en
este asunto, pero lo hacíamos de manera rudimentaria porque
tomábamos una impresión por fuera del hundimiento
en el cerebro, y así calculábamos cómo era
el defecto por dentro, y al momento de la cirugía, medio
adaptábamos la prótesis”, explicó.
Entonces, al paso del tiempo se generaba algún tipo
de rechazo, se dejó de emplear el procedimiento, y se buscó
la manera de mejorar estos trabajos, señaló.
Así, apuntó, en cuanto se tuvo la posibilidad
de elaborar modelos estereolitográficos de los cráneos
de un paciente vivo se elaboraron prótesis a la medida.
La elaboración
Cuando los cirujanos (neurocirujanos, traumatólogos,
plásticos, entre otros) hacen una trepanación o quitan
un pedazo de hueso (craneotomía) elaboran prótesis,
pero en ocasiones resultan burdas o ásperas.
“Lo que nos permite obtener las condiciones o características
de la prótesis es utilizar el metil metacrilato, y mediante
una técnica que empleamos, podemos realizar aparatos compatibles,
precisos y resistentes”, indicó.
El primer modelo de la prótesis se hace con base
en una tomografía tridimensional computarizada con un formato
específico. La FO cuenta con dos estereolitógrafos
que permiten ver, de manera virtual, los cortes del cráneo
en forma anteroposterior, sagital, coronal, lateral, desde cualquier
ángulo.
De este modo, se puede observar y manipular en la pantalla
elementos como tejidos blandos, duros, tumoraciones e irrigación,
abundó el especialista.
Una vez que se conocen las necesidades, se selecciona el
defecto en el cráneo y se imprime para obtener un modelo,
hecho con sulfato de calcio, que tiene una precisión de 97
a 99 por ciento.
Luego, se realiza un molde con cera y, posteriormente,
la prótesis con metil metacrilato, a la que se hace un curado
especial para evitar que tenga alguna reacción exotérmica.
Con el aparato, se colocan unas cadenas y tornillos de
titanio que permiten fijarlo en el paciente y, de ese modo, se suple
la falta del hueso con una placa pulida al alto brillo, curada,
que cumple con las características idóneas para permanecer
de por vida.
En la actualidad, se hacen prótesis de titanio,
otros metales biocompatibles y materiales aloplásticos, pero
son costosas y presentan desventajas; debido a la maleabilidad que
tiene el primer elemento, si la placa recibe un golpe fuerte se
puede hundir y afectar al cerebro, ejemplificó.
Entonces, recalcó, todas las características
de resistencia, compatibilidad y diseño necesarias, se han
encontrado en el metil metacrilato, y además el costo es
bajo, según el tamaño y la cantidad de cadenas.
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