Tras siete años de experimentación, académicos
y alumnos de la carrera de Biología en la Facultad de Ciencias
(FC) de la UNAM, elaboraron un modelo de recuperación (fitorremediación)
de suelos y cuerpos de agua, en el que se emplean plantas y microorganismos
asociados a la rizosfera (parte del suelo inmediata a las raíces,
donde tiene lugar una interacción dinámica con los
microorganismos), para extraer metales pesados altamente tóxicos.
Los universitarios se han dedicado a la separación
de estos contaminantes porque los suelos del territorio mexicano
estuvieron expuestos por décadas a los vertederos de la industria
minera, una de las primeras actividades económicas.
Esa situación provocó un desequilibrio ambiental,
y a ello se aunó el impacto por la actividad industrial,
cuyos desechos no siempre se manejan de modo adecuado.
“En el país, la alteración de ecosistemas
se relaciona con metales pesados como cromo, cadmio, mercurio y
plomo, y con otros contaminantes orgánicos”, indicó
María Isabel Saad Villegas, coordinadora de los Laboratorios
de Docencia del Departamento de Biología Celular de la FC.
Según cifras de la Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales, en 2005, existían en la nación
más de 400 sitios altamente contaminados, que requerían
soluciones inmediatas.
El modelo de recuperación
El modelo de recuperación de ambientes contaminados
de los universitarios consiste, en primer término, en obtener
plantas silvestres con potencial acumulativo por su biomasa, que
presenten capacidad reproductiva, disposición para adaptarse
a diversos ambientes y capacidades bioquímicas y moleculares,
entre otras.
Con ese objetivo, desarrollaron variedades vegetales altamente
eficientes en la remoción de metales pesados, sobre todo
helechos nativos. “Ya generamos metodologías para reproducir
y mejorar in vitro esas especies, y empezamos a aplicar
biología molecular para aumentar su eficacia y emplearlas
en campo”, dijo Saad Villegas.
Los también tesistas de licenciatura y sus asesores
investigan las características de la flora silvestre mexicana
en minas y lugares contaminados con mercurio o cromo de Zacatecas,
Guerrero y Guanajuato; hasta ahora, han localizado más de
30 especies vegetales proclives a utilizarse en la biorremediación.
Inicialmente, analizaron cinco plantas terrestres como
un modelo para encontrar una estrategia de desarrollo que pudiera
llevarse a la práctica; actualmente, han consolidado la suficiente
experiencia para utilizar cualquier especie silvestre.
“Hemos optimizado los sistemas de bioacumulación
(concentración de sustancias químicas en organismos
vivos) para extraer esos contaminantes del suelo. Asimismo, trabajamos
con plantas acuáticas, algas y bacterias fotosintéticas
de diferentes tipos, que también son eficientes para descontaminar
ecosistemas”, explicó la académica.
Registro de patentes y empresa
Los universitarios ya iniciaron el registro de dos patentes,
una para el método de remoción de cadmio de suelos
y cuerpos de agua, y la otra, para un sistema que mejora genéticamente
helechos con potencial acumulativo (estas plantas resisten altas
concentraciones de metales pesados).
“El propósito es proteger la propiedad intelectual
de estos desarrollos, para que sean parte del patrimonio de la UNAM
y, por ende, del país y de los mexicanos”, comentó.
Asimismo, pidieron a la autoridad correspondiente la protección
de dos variedades vegetales (un helecho y una planta silvestre llamada
Nicotiana glauca) que mejoraron para acumular grandes concentraciones
de cromo y cadmio.
De acuerdo con Saad Villegas, se ha empezado a consolidar
en el país una línea de estudio para fortalecer el
área de biorremediación y fitorremediación,
que se encontraba en desventaja.
“Esta tecnología representa la opción
ecológica más amigable con el ambiente y económica;
lo único que se debe hacer es sembrar plantas, sin necesidad
de revolver suelos”.
El trabajo de los biotecnólogos se hizo en colaboración
con botánicos y edafólogos de la misma Facultad de
Ciencias, y con integrantes de los institutos de Química,
Geografía, Biología, e Ingeniería
Otro proyecto de los universitarios es formar una empresa
que dé servicios integrales a la población. “Esta
tecnología no trabaja con grandes maquinarías ni equipos
sofisticados, lo que ocupa como principal insumo es el conocimiento,
y si se cuenta con alumnos entusiastas y emprendedores, con experiencia,
hay que aprovecharlos. Nuestra empresa tendrá el eslogan:
‘Biogestión tecnológica y ambiental’”,
finalizó la académica.
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