El berrendo (Antilocapra americana), animal endémico
del norte de América, se encuentra en peligro de extinción
en México, y las poblaciones de la frontera con Estados Unidos
están particularmente amenazadas, según un diagnóstico
realizado por Rurik List, investigador del Instituto de Ecología
(IE) de la UNAM.
“Quedan no más de mil 500 en Chihuahua, Coahuila,
Sonora y Baja California, mientras que en la Unión Americana
y Canadá habitan cientos de miles”, afirmó.
Único sobreviviente de los antilocápridos,
el berrendo es el mamífero terrestre más rápido
del continente. Su papel resulta importante en cadenas biológicas
de la zona, por ser alimento-presa de coyotes, pumas y águilas.
Además, dispersa las semillas de plantas que constituyen
su alimento.
Sitios prioritarios
En México, los sitios prioritarios para su conservación,
particularmente en la zona fronteriza, son el Valle de Janos, en
el noroeste de Chihuahua; los valles al oeste de la Sierra de San
Luis; en el municipio de Agua Prieta, Sonora, así como la
reserva de la biosfera El Pinacate y el Gran Desierto de Altar.
Estos lugares se detectaron en recorridos aéreos
realizados en septiembre de 2009 por List, como parte del diagnóstico
de la población en la frontera.
“En la región norte de El Pinacate no encontramos
berrendos, quizá por la sequía que los lleva a recorrer
grandes distancias en busca de alimentos. En Agua Prieta y Janos,
la situación está muy mal, y no vimos ninguno del
lado mexicano. Pero al cruzar la frontera, a 50 metros, había
más de 100 y muchos venados y bisontes”, dijo List.
Muro amenazante
De acuerdo con el investigador, la existencia del berrendo
en esa región está amenazada por el muro, que desde
hace dos años, construye Estados Unidos para detener el paso
de inmigrantes.
“Aparentemente, el cerco fronterizo limita la recolonización
de los valles al oeste de Janos y al oeste de la Sierra de San Luis.
En el Gran Desierto de Altar, hay 40 kilómetros de muro sólido
de cuatro metros de altura, prácticamente impermeables a
los animales que no vuelan”.
En El Pinacate (donde reside la población de berrendo
más importante de la frontera México-EU) hay postes
con un solo travesaño, que permiten el paso de fauna; sin
embargo, si se levanta una barrera para las personas (como se planea
en EU) se impediría que esos mamíferos, que están
precariamente en el lado estadounidense, sobrevivan.
Y justo en la zona, pero del lado mexicano, donde se da
una gran movilidad de berrendos y borregos cimarrones, se construye
una carretera rápida de doble carril, que será una
trampa mortal para esas especies.
Población diezmada
Los coyotes, cuyo número se ha incrementado por
la extinción de los lobos, así como la caza furtiva,
el sobrepastoreo, la fragmentación de los porteros con alambres
de púas y la conversión de pastizales naturales en
tierras agrícolas, también diezman la población.
“A ello se suma que los pastizales, sistemas abiertos,
se convierten en sistemas cerrados, es decir, en densos matorrales
de mezquites, choyas y otras plantas leñosas, donde el berrendo
queda atrapado y se vuelve presa fácil de los coyotes”,
comentó List.
Acciones muy tibias
En cuanto a los delitos de tipo ambiental, al investigador
le sorprenden las acciones de las autoridades federal y estatal.
“Han sido muy tibias para detener el flagrante delito
de convertir en terrenos agrícolas la vegetación natural,
ocupada por especies en riesgo de extinción, como el berrendo
y el perrito llanero. En 1994, cuando llegué a Janos para
estudiar la zona, había 731 hectáreas de cultivos
de pivote central, ahora hay más de 12 mil 845 hectáreas.
Además, se ha permitido la perforación de pozos en
zonas de veda, donde también habita ese mamífero”.
Por si fuera poco, no siempre se da seguimiento a las denuncias
de cultivos ilegales o de cacería furtiva.
Información relevante
La UNAM, a partir del diagnóstico elaborado por
el investigador universitario, ha aportado información relevante
que permitiría al gobierno de México negociar con
el de Estados Unidos las áreas para el cruce del berrendo
de la frontera, y de otras especies.
Aunque se ha trabajado en su reintroducción en
Coahuila, y se han tomado medidas para su protección y aumentar
su número en el desierto de El Vizcaíno, List recomendó
también combatir su cacería furtiva, particularmente
en Janos y Agua Prieta, con monitoreos periódicos.
Asimismo, mover los pequeños grupos aislados a zonas
protegidas para que dejen descendencia y repueblen otros sitios,
sobre todo del lado mexicano; determinar cuáles son los puntos
y tipos de cerca, a ambos lados de la frontera, más adecuados
para facilitar el paso de ésta y otras especies.
Otras medidas pertinentes serían diseñar
campañas de difusión y educación ambiental
para hacer conciencia sobre la importancia de las especies en riesgo
de extinción; evaluar el impacto de la carretera de doble
carril que se construye al norte de la biosfera de El Pinacate,
y acciones para mitigar la mortalidad del mamífero.
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