La agricultura de precisión es un concepto nuevo;
se basa en el uso de tecnología de Sistemas de Posicionamiento
Global (GPS, por sus siglas en inglés) y está enfocada
a la gestión de parcelas agrícolas, señaló
Adolfo Ochoa Ibarra, académico de la Facultad de Estudios
Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM.
Con el uso de GPS y Sistemas de Información Geográfica
(SIG), se pueden medir las variaciones físicas y químicas
de un terreno de cultivo. Las herramientas más avanzadas
son los tractores que cuentan con GPS diferencial, con un margen
de error de entre 50 centímetros y un metro; los navegadores
normales tienen una precisión de tres metros, mientras que
los geodésicos fallan sólo en unos milímetros
o centímetros.
Conforme los tractores recorren la parcela, detectan la
configuración del terreno a través de algunos aditamentos
que hacen el análisis de suelo, una especie de laboratorio
móvil; localizan qué nutrientes faltan y los dosifica
en la cantidad requerida.
Sin embargo, el precio es sumamente elevado, consideró
Ochoa Ibarra; el costo del tractor, así como del GPS, la
computadora, el software y los instrumentos necesarios
para hacer las mediciones, superan el millón de pesos.
En México, sólo trabajan dos tractores con
esas características, uno en Chihuahua y otro en Sonora.
Geomática, área de importancia creciente
En la FES Cuautitlán, los alumnos son capacitados
en agricultura de precisión y en algunas de las nuevas tecnologías
aplicables al campo. A pesar de su alto costo, se realiza un esfuerzo
para desarrollar algunas líneas de trabajo encaminadas a
instruir a los estudiantes en su empleo y aprovechamiento.
Aunque no es necesario que los profesionales de la agricultura
sean expertos en geomática (empleo de los medios para la
recopilación, tratamiento, análisis, interpretación,
almacenamiento y difusión de la información geográfica),
sí necesitan algunos de sus elementos, puntualizó
Ochoa Ibarra.
Como primer paso, se reúne información del
terreno y se hace un modelo cartográfico con distintas “capas”;
cada una de ellas equivale a una variable como pH, materia orgánica
o fertilidad; a esta información se conoce como “manejo
de sitio específico”, explicó.
Estos datos, que serán analizados en un modelo gráfico,
constituyen los SIG, un software que permite sobreponer
en un mapa esas capas, para apoyar la toma de decisiones.
Es un análisis confiable, que permite tomar la mejor
determinación en materia agrícola, porque posibilita
un tratamiento pormenorizado a cada parte de una parcela, que no
tiene características homogéneas en toda su extensión.
“Las condiciones físicas y químicas pueden variar
de un punto a otro, aunque se trate del mismo suelo”.
Uno de los proyectos de agricultura de precisión
es realizado por Celia Elena Valencia Islas y Arturo Aguirre Gómez,
en la Parcela 9 de la FES Cuautitlán, correspondiente al
huerto frutícola, donde se han tomado muestras del suelo;
de esta actividad han derivado trabajos de tesis y servicio social,
tanto de ingenieros agrícolas como industriales, a través
del PACIVE (Programa de Apoyo a Cátedras de Investigación,
Vinculación y Educación) Variabilidad Espacial.
Colaboración con el Programa GLOBE
Los datos recabados en Cuautitlán participan en
el Programa GLOBE (Global Learning and Observations to Benefit the
Environment) de educación ambiental, creado por Al Gore,
para hacer mediciones ambientales simultáneas a nivel mundial
a partir del día medio solar de un lugar determinado. Son
trabajados por científicos de la NASA para el estudio del
cambio climático.
En GLOBE participan 111 países. En América
Latina, colaboran 575 escuelas, 890 maestros, y se han aportado
552 mil 449 mediciones, y en México, 112 escuelas forman
parte del programa.
“Son interesantes las herramientas y la información,
así como la interacción con personal de alto nivel
que realiza investigaciones en la NASA”, consideró
Ochoa Ibarra.
No hay candados para acceder a la información desde
cualquier país y usar los recursos didácticos, como
un programa de introducción para estudiantes, desde nivel
básico, a los principios generales en la identificación
de la vegetación existente en una localidad determinada,
a partir del manejo e interpretación de imágenes satelitales,
concluyó.
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