Con la imagen de un espermatozoide de erizo de mar iluminado
en un microscopio, Adán Guerrero Cárdenas, estudiante
del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, ganó
el concurso de fotografía experimental de la Society for
Developmental Biology, que realiza entre doctorantes y posdoctorantes
de todo el mundo.
El premio fue la publicación de la imagen en la
portada de la edición de julio de la revista Developmental
Biology.
“El espermatozoide está cargado con un colorante
de calcio. Cuando el calcio aumenta, este colorante se enciende
al excitarlo con una luz determinada”, explicó Guerrero
en entrevista.
Estudioso del mecanismo mediante el que las células
masculinas llegan al óvulo femenino para fecundarlo, Adán
Guerrero realizó su imagen como parte del trabajo experimental
que efectúa en el laboratorio de Alberto Darszon.
La fotografía se tomó con una microcámara
montada en un microscopio cuando la célula masculina estaba
experimentando una fluctuación de calcio.
“Eso se debe a que expusimos al espermatozoide a
un gradiente de unas moléculas que funcionan para atraerlo.
El óvulo las secreta y aquel las detecta, pues tiene un mecanismo
primitivo para olerlas”, explicó.
El gradiente es una variación espacial del potencial
eléctrico y de la concentración de una sustancia a
través de una membrana. Ambos componentes se generan por
la actividad iónica (o de carga eléctrica) de los
átomos y son fundamentales para realizar distintas actividades
celulares.
En la imagen de alta definición generada por Guerrero,
se muestra al gameto mientras realiza una vuelta quimiotáctica,
que se produce porque cada fluctuación de calcio hace que
el espermatozoide dé una vuelta, se ubique y se dirija hacia
el gradiente.
El calcio se convierte, para la célula masculina,
en una especie de guía para llegar al óvulo femenino
y lograr la fecundación.
“La guía del movimiento es en realidad el
gradiente de esa molécula. En el laboratorio de Alberto Darszon
tenemos un sistema para generar esos gradientes”, precisó.
En el número de agosto de la revista Developmental
Biology, el grupo de Darszon y Guerrero publica un artículo
sobre la investigación que realiza el IBt. Así que
la fotografía ganadora en la portada de julio es sólo
un anticipo.
Para lograr la imagen, Guerrero utilizó una emisión
de luz ultravioleta para fotoactivar los compuestos del espermatozoide.
“La luz la damos en forma de un gradiente químico
que es detectado por el espermatozoide, y que induce fluctuaciones
en el calcio que hacen que el esperma dé vueltas para relocalizarse
y corregir su rumbo”, finalizó.
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