Para detectar de manera temprana alteraciones o retrasos
en el desarrollo de bebés y niños de la primera infancia,
especialistas de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala
de la UNAM crearon el Centro Interdisciplinario de Educación
Temprana Personalizada en la Clínica Universitaria de Salud
Integral (CUSI).
Se trata de un programa de atención, cuya meta es
descubrir a tiempo posibles daños neurológicos o secuelas,
causados por situaciones de alto riesgo en los embarazos.
También se pretenden identificar, desde el primer
mes de vida, las características del desarrollo de los pequeños,
acordes o no a su edad, mediante instrumentos de tamiz o pruebas
especializadas, y prevenir casos de desnutrición o alguna
otra deficiencia que repercuta en su crecimiento y adquisición
de competencias.
Otro objetivo es involucrar a la familia y la comunidad
en la vigilancia del desarrollo infantil, como lo propone la Organización
Mundial de la Salud.
De acuerdo con Blanca Estela Huitrón Vázquez,
responsable del Centro, detectar de manera temprana alteraciones
o retrasos en el desarrollo, implica evaluar al bebé desde
sus primeros días, sobre todo en lo que se refiere a la conducta
refleja. “De ahí que la importancia de nuestro trabajo
radique en detectar, prevenir y sugerir”, reiteró.
Servicio integral
Los antecedentes del Centro Interdisciplinario de Educación
Temprana Personalizada se sitúan en los programas de atención
y cuidado infantil del sector gubernamental.
Profesionales universitarios alentaron un servicio integral
para superar la atención asistencial (alimentación
y cuidados primarios) que se ofrecía en los centros de desarrollo
infantil tradicionales; entonces, en la FES Iztacala se formó
un equipo de especialistas en psicología evolutiva, pediatría,
neurología, enfermería, odontopediatría, optometría
y trabajo social para crear el Centro.
Allí, la atención a los niños principia
con una auscultación. Se obtiene su peso, talla y perímetro
cefálico, luego se hace una entrevista socioeconómica
y médico-psicológica a los familiares, en la que se
pregunta acerca de la salud materna y problemas en el embarazo o
al momento del parto, si el niño padeció sufrimiento
fetal y por qué, y si nació demasiado pronto o pequeño.
Posteriormente, cada mes se evalúa al infante. En
este proceso “siempre está presente alguno de los padres,
o ambos, y en caso necesario, la persona responsable del cuidado
del niño; para observar la conducta se tiene un protocolo
con los reflejos y las reacciones de defensa, se aplica la Valoración
Neuroconductual de Benavides y la Escala de Escrutinio Denver II.
Generalmente, se acostumbra explicar cada momento de la evaluación
y se dan indicaciones para optimizar el desarrollo o corregir alguna
postura anormal”, explicó.
La atención personalizada permite ofrecer sugerencias
de educación en torno al movimiento, al área de lenguaje,
al área motora fina o de socialización, por citar
algunos ejemplos, y si el pequeño requiere un manejo más
especializado, se canaliza a la institución idónea.
Docencia e investigación
A la fecha, en el Centro se ha atendido, de manera integral,
a cerca de tres mil infantes junto con sus padres, y si la madre
presenta depresión posparto, recibe cuidado especial, acotó
la universitaria, que cursó un doctorado en España
y se convirtió en experta en la prueba de Brazelton (para
evaluar a recién nacidos).
Anualmente, estudiantes de las disciplinas de la salud
impartidas en Iztacala, reciben formación académica,
realizan su servicio social o labores de investigación en
este espacio; psicólogas, enfermeras, médicos, oftalmólogos
y odontólogos de licenciatura practican los conocimientos
adquiridos en las aulas.
“Además de la atención a los pequeños,
la esencia del Centro es el trabajo en equipo; realizamos seminarios,
presentaciones y discusiones de casos para estar actualizados y
mejor preparados. Podemos recibir a todos los papás que estén
interesados en conocer las características del desarrollo
de su bebé”, concluyó.
--oOo--