Boletín UNAM-DGCS-481
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 14 de agosto de 2010

Sandra Luz Aguilar Espinosa


ESTUDIAN UNIVERSITARIOS SUSTANCIAS QUE DISMINUYEN RIESGOS DE ATEROESCLEROSIS

 

• En la ateroesclerosis, el colesterol se acumula en las paredes de las arterias y forma capas que pueden obstruir totalmente el flujo sanguíneo
• La apolipoproteína A1, conocida también como apo A1, es clave en el transporte reverso del colesterol
• Con esta investigación se podría abrir un nuevo camino en la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares

Investigadores del Departamento de Bioquímica y Biología Estructural del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, estudian diferentes proteínas asociadas a la formación de lipoproteínas de alta densidad (HDL, por sus siglas en inglés).

Las HDL están contenidas en el plasma humano y constituyen un mecanismo ateroprotector; se ha observado que los pacientes con bajos niveles de ellas son más propensos a padecer ateroesclerosis.

En esa afección, el colesterol se acumula en las paredes de las arterias y forma capas que pueden obstruir totalmente el flujo sanguíneo, con consecuencias fatales. Asociada a obesidad e hipertensión arterial, esta enfermedad aumenta el riesgo de sufrir paro e infarto al miocardio.

"Análisis clínicos realizados en personas con exceso de peso, indican que contienen bajos niveles de HDL y un alto porcentaje de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), y de lipoproteínas de baja densidad (LDL)”, señaló Sandra Luz Aguilar Espinosa, estudiante de posgrado del IFC.

Las HDL se encargan de trasladar el exceso de colesterol acumulado en los tejidos hacia el hígado para su excreción como sales biliares, en un proceso denominado transporte reverso del colesterol (TRC). El “colesterol bueno” asociado a estas lipoproteínas, se conoce con las siglas HDL-C.

Por lo contrario, las VLDL y LDL transportan el colesterol hacia los tejidos de almacenamiento de lípidos y, cuando está presente en exceso, hacia las arterias; entonces, se acumula hasta que forma una placa ateroesclerótica. Así, un exceso de lípidos desemboca en elevados niveles de VLDL y LDL y, por lo tanto, en una mayor propensión a padecer ateroesclerosis y otras enfermedades cardiovasculares.

Diversos factores socioculturales están involucrados en la disminución de los niveles de las HDL en plasma, como el consumo excesivo de alimentos con un alto contenido de lípidos, entre los que está el colesterol.

Por otro lado, existen factores genéticos que alteran diversas proteínas encargadas directamente de la formación y/o maduración de dichas partículas, y que juegan un papel clave en el TRC; algunas de estas proteínas son la Apo A1 y la enzima LCAT (Lecitina Colesterol Acil Transferasa).

Apo A1
Aguilar Espinosa analiza una serie de péptidos activadores de la enzima LCAT, asociados a un potencial efecto ateroprotector en pacientes con bajos niveles de HDL-C.

“La formación de las HDL (inicialmente partículas discoidales) se lleva a cabo a partir del colesterol que está en exceso en los tejidos y de la fosfatidilcolina (fosfolípido que tenemos en las membranas). Esta partícula naciente crece y madura hasta adquirir una forma esférica, gracias a la acción de la enzima LCAT, que se encarga de transformar dicho colesterol en ésteres (compuestos) de colesterol que se incorporan al núcleo de HDL.

“Una vez madura, la partícula HDL es capaz de eliminar esos ésteres mediante su transporte al hígado, y su posterior transformación en sales biliares que se excretan junto con las heces”, explicó la universitaria.

Sin embargo, para formar ésteres de colesterol, la enzima LCAT necesita un cofactor, una proteína llamada apolipoproteína A1 o apo A1, clave en el TRC porque activa la enzima LCAT, encargada de la maduración de HDL.

Como estudiante de posgrado, Aguilar analiza fragmentos derivados de la apo A1, que tienen potencial efecto ateroprotector: el péptido DRV (que corresponde a la región amino terminal de la apo A1), el péptido KLL (a la región intermedia) y el péptido VLES (procedente de la región carboxilo terminal).

Al probar estos péptidos de apo A1 en plasma humano de sujetos sanos, los investigadores encontraron que dichos segmentos aumentan la velocidad inicial de reacción de la LCAT, y que el DRV presenta el valor más alto.

La producción máxima de ésteres de colesterol se alcanzó a las dos horas y media, y fue de aproximadamente 1.2 picomoles en todos los casos, mientras que en los experimentos control con plasma en ausencia de los péptidos fue de poco menos de la mitad (0.5 picomoles de ésteres de colesterol) en el mismo periodo de tiempo.

“Estos resultados preliminares son alentadores, porque al acelerar la función de LCAT, se favorece la formación de partículas HDL-C que presentan la capacidad de eliminar con mayor facilidad el exceso de colesterol de los tejidos periféricos”, consideró.

Control de su estructura secundaria

Actualmente, los investigadores se enfocan a controlar la estructura secundaria de los péptidos de apo A1, la cual, proponen, está directamente relacionada con la función activadora que esta apolipoproteína ejerce sobre la enzima LCAT.

Para ello, han reconstituido esos péptidos en un medio lipídico, en el que éstos se estructuraron en una conformación estable y definida de tipo hélice alfa (en un medio acuoso se encuentran sin estructura definida).

Al hacer la correlación del tipo de estructura secundaria del péptido con su activación sobre fracciones enriquecidas de LCAT, los investigadores hallaron que el péptido DRV tiene un efecto positivo sobre la actividad de esta enzima, por lo que probablemente este cambio de estructuración dentro del ambiente lipídico, en el que se lleva a cabo este proceso, forma parte de su mecanismo de acción.

“Sin embargo, aún falta evaluar la actividad de los péptidos en diferentes conformaciones, así como también la de otros no relacionados con la secuencia apo A1, pero que presenten las mismas propiedades fisicoquímicas y estructurales. Esto permitirá determinar las condiciones óptimas y los cambios conformacionales involucrados en el efecto activador sobre LCAT”, aclaró.

Definidas estas condiciones, los investigadores podrán proponer un posible mecanismo de acción de esos péptidos sobre la actividad de LCAT y abrir un nuevo camino para la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares.

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Fotos

Sandra Luz Aguilar Espinosa, estudiante de posgrado del IFC.

En la ateroesclerosis, el colesterol se acumula en las paredes de las arterias y forma capas que pueden obstruir totalmente el flujo sanguíneo.