Boletín UNAM-DGCS-460
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 4 de agosto de 2010

Carlos Serrano Sánchez


CON LA URBANIZACIÓN, DISMINUYE LA ENDOGAMIA EN MÉXICO

 

• Ese proceso ha permitido mayor movilidad poblacional e interacción entre personas que provienen de diversos lugares, destacó Carlos Serrano Sánchez, director del IIA de la UNAM
• La endogamia se intensifica cuando se produce un aislamiento por razones de tipo cultural, religioso, económico o geográfico

Los casos de endogamia en México han disminuido por el proceso de urbanización que ha permitido mayor movilidad poblacional e interacción entre personas provenientes de diversos lugares, aseguró el director del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, Carlos Serrano Sánchez.

Esta práctica, dijo, se genera principalmente en el ámbito rural y en comunidades indígenas que sufrieron un proceso histórico que, en muchos casos, los mantuvo aislados y los orilló a vivir en circunstancias deplorables, condición que también repercutió en su patrón de reproducción. “Esta tradición se volvió una expresión de defensa de la identidad cultural”.

No obstante, cada vez se integran más a la población urbana, lo que deriva en un mayor grado de mestizaje y exogamia, explicó.

La endogamia

Las relaciones endogámicas ocurren cuando dos personas que tienen una proximidad estrecha de origen se unen; es decir, se generan en el seno de la misma comunidad o grupo humano.

El caso contrario se denomina exogamia, cuando se forma una pareja que no pertenece al mismo grupo. Aunque son fenómenos contrapuestos, ambos son patrones culturales y sociales “porque obedecen a normas, muchas veces no escritas, pero establecidas por un conglomerado de individuos”.

La endogamia se produce cuando el aislamiento por razones culturales, religiosas, económicas o geográficas, deriva en barreras que limitan la comunicación entre colectividades, y cuando el grupo es pequeño, con frecuencia se forman parejas consanguíneas.

Este fenómeno puede generar consecuencias como la depresión de la biología de la población, y ocasionar disminución de la fertilidad, reducción del tamaño corporal, así como incidencia de muertes infantiles y perinatales, expuso.

Asimismo, se pueden incrementar fenómenos genéticos como la discromatopsia, también denominada daltonismo, que implica la imposibilidad de distinguir algunos colores, o la polidactilia, que consiste en desarrollar más dedos de lo normal.

“Las relaciones endogámicas no producen mayores dificultades cuando corresponden a una población amplia y se dan dentro de un mismo grupo para mantener la identidad, pero si se presenta aislamiento y los casos de consanguinidad se intensifican, entonces se incrementan los problemas de salud”, indicó el antropólogo.

A la baja, casos de endogamia y consanguinidad

La disminución de la endogamia es una tendencia a nivel mundial, destacó el especialista; el desarrollo de las comunicaciones ha permitido una amplia interacción de grupos aislados con el resto de la sociedad, y ha ocasionado la denominada “explosión de los aislados”.

Además de estos casos, los de consanguinidad también van a la baja, añadió Serrano; sólo se mantienen cuando hay de por medio intereses económicos, como sostener un legado que implique nexos con individuos cercanos a la familia.

No obstante, aún existen pequeños grupos que son altamente endogámicos, cuyo objetivo es mantener su estilo de vida, centrado en cuestiones religiosas o normas sociales.

Casos históricos

A lo largo de la historia de la humanidad se han suscitado casos de endogamia y consanguinidad: los faraones egipcios y emperadores persas incluían en sus harenes a la mayoría de sus hijas.

Los papás de la madre de Charles Darwin eran primos hermanos, y a su vez, el botánico contrajo nupcias con su prima hermana Emma Wedgewood; al parecer, esa condición provocó defectos y deterioro genéticos en su descendencia, que derivaron en muerte prematura; la preocupación constante del sabio en este sentido lo llevó a sustentar la teoría de la endogamia entre especies vegetales.

Carlos II, el Hechizado, fue el último rey de la dinastía de los Habsburgo que gobernó en España; padeció varios problemas de salud como impotencia (falleció sin descendencia tras dos matrimonios), constitución débil y corta estatura; padecía diarreas y vómitos frecuentes y tenía aspecto de anciano cuando murió, a los 39 años.
Las causas, según genetistas de la Universidad de Santiago de Compostela y la Fundación Pública Gallega de Medicina Genómica, pudieron ser las relaciones de consanguinidad, que prevalecían en su familia para conservar el linaje.

En países de Oriente Medio, la endogamia representa una amenaza; en ellos, el 60 por ciento de los matrimonios son consanguíneos y corren el riesgo de provocar enfermedades degenerativas, como el síndrome de Al-Aqeel, deficiencia genética que deriva en padecimientos como artritis, osteólisis o deformación de la cara desde el primer año de vida y, progresivamente, problemas de malformaciones e incapacidad de movimiento.

Edgar Allan Poe contrajo matrimonio con su prima Virginia Clemm, quien murió dos años más tarde al enfermarse de tuberculosis. El científico Albert Einstein se casó con su prima Elsa Loewenthal.

Otro ejemplo son las castas en la India. El hinduismo enseña que los seres humanos fueron creados de las diferentes partes del cuerpo de Brahma, una divinidad; dependiendo de la parte de donde fueron creados, se clasifican en cuatro castas básicas, que definen su estatus social, con quién se pueden casar, y el tipo de trabajos que pueden realizar.

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Fotos

Carlos Serrano Sánchez, director del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.