Ante el aumento de la esperanza de vida de los mexicanos,
el incremento de las personas de 70 años y más en
las próximas décadas, y la proliferación de
enfermedades entre este segmento de la población, Silvia
González Salinas, alumna de la Facultad de Ingeniería
(FI) de la UNAM, diseñó una silla de ruedas geriátrica.
Se trata de un aparato innovador, que ayuda a los adultos
mayores a trasladarse con facilidad, y por sus dimensiones y características
de funcionamiento, busca mejorar su calidad de vida.
Si bien es un prototipo para individuos de entre 70 y 80
años, que empiezan a perder muchas de sus capacidades, también
puede ser utilizado por quienes requieran de este tipo de apoyo.
Cuenta con dos rines que tienen tres ruedas pequeñas,
cada uno, en su parte delantera, para poder subir fácilmente
las banquetas; la idea de esta adecuación es que las llantas
estén en movimiento, y al llegar a las aceras topen, giren
hacia delante y puedan ascender.
Sin importar la altura de la banqueta, puede moverse con
mayor suavidad que las sillas tradicionales, que por lo general
se tienen que levantar hacia atrás, girarlas, empujarlas
y bajar las ruedas delanteras, o bajar a la persona para subir el
aparato a la acera. “Prácticamente hace más
suave el ascenso, y si hubiera más escalones, puede seguir
girando”, explicó González Salinas.
Este diseño fue uno de los 24 ganadores del Programa
de Fomento al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI), de
la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM,
por lo que será apoyado para solicitar una patente en México
y el exterior, así como en la promoción y transferencia
de tecnología.
Al respecto, Adrián Espinosa Bautista, director
del Centro de Diseño Mecánico e Innovación
Tecnológica de la FI, señaló que este avance
forma parte de la línea de investigación “Diseño
para el Bienestar”, que desde hace varios años se desarrolla
en la Facultad, y dentro de la cual hay diversos productos, como
prótesis.
Según el Consejo Nacional de Población, para
el 2050 el grupo poblacional de 60 años y más representará
el 27.72 por ciento del total en el país; el de 65 años
y más, el 21.27, y el de 70 años y más, el
15.33 por ciento, es decir, habrá amplios sectores que requerirán
de nuevas tecnologías para su comodidad.
Diseño ergonómico
González Salinas, quien actualmente cursa el segundo
semestre de la maestría en Diseño Mecánico,
mencionó que se trata de un prototipo que propone materiales
lavables, que permiten un buen mantenimiento; además son
cómodos y ergonómicos para evitar úlceras en
el cuerpo o algún otro problema.
La estructura de la silla es de aluminio para que sea
ligera; la confección del asiento es variable, porque puede
fabricarse de un material específico para cada persona, de
acuerdo a sus necesidades y, además, se puede quitar y colocar
fácilmente. Pero tiene que ser suave y acolchonado, subrayó.
La base del asiento es de plástico o propileno,
y las ruedas traseras son comerciales, de bicicleta R20, y las delanteras
son pequeñas, semi neumáticas, de 20 centímetros
de diámetro, fáciles de adquirir en los comercios.
Por las irregularidades del piso, las banquetas y la gran
cantidad de baches que hay en la Ciudad de México, se generan
vibraciones en la silla, por lo que se adaptó un amortiguador
para disiparlas, y evitar movimientos bruscos.
Además, el aparato se puede doblar fácilmente
para guardarlo en la cajuela de un auto; también, el asiento
acolchado es desmontable.
Su costo aproximado es de ocho mil pesos, en comparación
con las sillas con amortiguador existentes en el mercado, cotizadas
en 11 mil; no obstante, una vez que se fabrique en serie, el precio
del prototipo universitario disminuiría considerablemente,
señaló.
En Europa hay sillas geriátricas eléctricas,
pero en México sería difícil utilizarlas porque
no se cuenta con los accesos suficientes; además, son pesadas,
caras y no caben en los autos.
Por último, la estudiante dijo que esta idea es
resultado de su tesis “Aplicación de TRIZ para el diseño
de una silla de ruedas geriátrica”; ahora, el objetivo
es patentar el producto y buscar un licenciamiento o incubadora
de empresas para empezar a generarlo.