A nivel mundial, el cáncer es la principal causa
de mortalidad; en 2007, se le atribuyeron 7.9 millones de defunciones.
De entre las neoplasias, la de pulmón registra mayor número
de muertes, seguido por la de estómago, hígado, colon
y mama.
México ocupa el quinto lugar de entre todos los
cánceres registrados, porque muchos pacientes fallecen sin
ser diagnosticados a tiempo. La razón, es que en ocasiones
los nódulos son casi imperceptibles en las tomografías,
y cuando llegan a descubrirse, el padecimiento ha avanzado hasta
en un 80 por ciento, señaló Sergio Cruz Barajas, de
la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Asimismo, abundó el académico, uno de los
motivos por los que esta afección no ocupa uno de los primeros
lugares de incidencia en el país, es porque el número
de fumadores no es tan alto en comparación con Estados Unidos
y Europa.
Aunque se sabe que este carcinoma es más frecuente después
de los 50 años, y el riesgo de padecerlo se incrementa con
cada década de vida, su impacto no está adecuadamente
medido y representa un problema de salud; diagnosticarlo es difícil
porque se deben realizar tomografías, broncoscopías
y biopsias costosas para el paciente, destacó.
Además, en ocasiones, el enfermo no acude al médico
aunque presente síntomas, porque considera que sólo
se trata de una tos, y cuando fallece, se piensa que fue neumonía,
comentó el especialista.
Quienes desarrollan esa neoplasia tienen una posibilidad
de vida de entre 15 y 20 por ciento, perspectiva mucho menor que
la de mujeres en etapas avanzadas de cáncer de mama. Antes,
su incidencia era muy alta en varones y baja en ellas, sin embargo,
ahora las estadísticas se han equilibrado, apuntó.
Otro padecimiento importante que se ha presentado a últimas
fechas, es el adenocarcinoma pulmonar, no asociado al tabaquismo
y más frecuente en mujeres; es muy peligroso, porque aún
se desconocen sus causas y orígenes, enfatizó el cirujano
oncólogo.
Factores que contribuyen
Hablando de cáncer en general, prosiguió
el universitario, podría decirse que existen dos tipos: el
esporádico y el familiar. El primero se manifiesta sin que
haya antecedentes familiares, es decir, no es genético; es
el más frecuente, sucede en el 90 por ciento de los casos,
y está asociado al envejecimiento. El cáncer pulmonar
se encuentra en esta categoría.
El segundo, que se presenta en 10 por ciento de los pacientes,
deriva de mutaciones germinales en genes concretos, que incrementan
la susceptibilidad de padecerlo; aparece en edades más tempranas.
Los factores ambientales también podrían
contribuir a la aparición del cáncer pulmonar; si
una persona está expuesta constantemente a sustancias tóxicas
como el asbesto, es probable que lo desarrolle.
Cuando se detecta, es necesario analizar las posibilidades por las
que se adquirió, como la edad, si el paciente fuma o no,
si convive con algún fumador, o si labora en un lugar donde
esté en contacto con sustancias dañinas, entre otras.
Finalmente, dijo que una manera de prevenir esta enfermedad
es realizar de manera periódica una radiografía del
tórax, que además de ser un estudio económico,
ofrece la oportunidad de hacer un diagnóstico inicial.
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