Enclavada en una de las zonas más pobres y alejadas
del país, en la localidad de la Ciénega, municipio
de Malinaltepec, en la montaña guerrerense, la Universidad
Intercultural del Estado de Guerrero (UIEG) trabaja en un proyecto
académico y cultural para la región, al que se ha
unido la UNAM.
María Amparo Martínez Arroyo, directora del
Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de esta casa de
estudios, refirió que ya se tienen planes concretos; se efectuarán
programas conjuntos de desarrollo de una institución sustentable,
donde se incluirán aspectos como energías renovables
y manejo de desechos.
La UIEG cuenta con 200 estudiantes provenientes de cinco
etnias y forma profesionistas en una zona marginada.
Una comisión universitaria, encargada de la colaboración
e integrada por representantes de los centros de Ciencias de la
Atmósfera (CCA), de Geociencias (CGeo) y de Investigación
en Energía (CIE), así como de los institutos de Geofísica
(IGf) y Ciencias Físicas (ICF), del Programa Universitario
de Medio Ambiente (PUMA) y de la Dirección General de Orientación
y Servicios Educativos (DGOSE), viajó a la sierra de Guerrero
para determinar las primeras acciones.
Una estación meteorológica y otra sismológica
Las primeras acciones consisten en la colocación
de dos estaciones, una meteorológica y otra sismológica,
por parte del CCA y del IGf, respectivamente, que podrían
quedar listas y entrar en funcionamiento en breve, informó
Martínez Arroyo.
Para el Servicio Sismológico Nacional, que opera
el IGf, la de Malinaltepec será una estación estratégica,
por ubicarse no sólo en una de las zonas susceptibles más
importantes del territorio nacional, sino por estar en la montaña.
En tanto, la meteorológica llenará un vacío
de información. “En sitios alejados, como esta región,
no se tienen datos por parte del Servicio Meteorológico Nacional
sobre qué está sucediendo”, dijo.
Una de las determinantes de las últimas décadas
es el cambio climático, recordó la directora. Para
tener medidas de adaptación a las transformaciones del ambiente,
tanto en términos agrícolas, como de qué sembrar,
o cómo modificar las políticas de desarrollo de acuerdo
a lo que se prevé vaya a ocurrir, se necesita un seguimiento
local cuidadoso”.
La estación de monitoreo de indicadores climáticos
y meteorológicos transmitirá datos en tiempo real
a los sistemas del CCA, y “nos da la posibilidad de comparar
distintas zonas del país y saber cuáles son las variables.
Tener un referente de alta montaña es importante para los
modelos de variabilidad del clima, que se hacen a nivel regional
y nacional”, sostuvo.
Su operación es casi automática, por lo que no representa
mayor problema. Además, personal de la UNAM acudirá
a la universidad guerrerense para brindar capacitación; se
enseñará a “bajar” y analizar la información
que se obtenga, y a hacer revisiones continuas, destacó.
De ese modo, “colaborarán en el mantenimiento
y vigilancia de la estación, y podrán ‘leer’
los datos”. Lo mismo ocurrirá para el caso de los sismos,
donde aprenderán a interpretar los sismogramas y a dar alertas,
entre otras funciones.
Siguientes acciones
Luego de éstas primeras acciones, “sencillas
pero significativas”, vendrán otras; por ejemplo, el
CIE realizará un estudio para equipar a la UIEG con energías
renovables, “lo que nos dará la oportunidad de que
desarrollos tecnológicos de la UNAM se pongan en marcha en
una región que lo necesita”, abundó la científica.
El PUMA va a participar en el tema de biodiversidad y ordenamiento
ecológico, y la DGOSE establecerá un programa de servicio
social multidisciplinario; la meta es brindar a las alrededor de
70 comunidades circundantes un servicio asistencial fundamental,
como puede ser el odontológico o médico, pero también
tratar de fomentar otras áreas como la literatura y las ciencias.
El tema de manejo de desechos y agua, lo mismo que el estudio
de las condiciones geológico-geofísicas de la región,
estará a cargo de Geociencias y Geofísica.
Así, se amplia el abanico de los egresados, que
podrán acudir a las comunidades a trabajar en áreas
que van desde la lectura, hasta el razonamiento matemático.
También, se estableció el compromiso de enviar
material de divulgación científica, y hacer una selección
de otras publicaciones de la UNAM que puedan resultar interesantes.
De igual modo, se buscará el apoyo para equipamiento, computadoras
e instrumentos de comunicación, y se analiza la posibilidad
de intercambio en el ámbito cultural, entre otros proyectos.
María Amparo Martínez sostuvo que “esta colaboración
servirá en igual medida a la Universidad Nacional y a las
comunidades; con el aprendizaje que obtenga, y el que tendrán
los propios habitantes, el beneficio será mutuo”.
De ese modo, se estrechan lazos con una institución
de educación superior, ubicada en una zona alejada y marginada,
para potenciar el esfuerzo que realiza y hacerla sustentable, y
para compartir con ella lo que es y tiene la UNAM, concluyó.
.