La edad a la que los jóvenes deciden qué
carrera estudiar (entre los 16 y 19 años) es crítica,
y si a eso se suma la falta de información, orientación
y apoyo familiar, es probable que se equivoquen y no elijan la profesión
adecuada.
Para muchos, esta elección es una de las más
importantes de su vida, porque de ella depende su futuro, y ahí
la orientación vocacional juega un papel crucial, aseguró
Patricia Osorno Velázquez, coordinadora del Centro de Orientación
Educativa (COE) de la Dirección General de Orientación
y Servicios Educativos (DGOSE) de la UNAM.
La orientación vocacional es fundamental y es una
materia a la que se debería poner mayor énfasis, pues
es necesario apoyar a quienes se preguntan: ¿qué quiero
ser?, y ¿qué necesito? Por ello, es necesario instaurar
una cultura de la información, pues de otra manera, los chicos
tomarán decisiones sin informarse.
Esta área es imprescindible en el desarrollo y formación,
porque la profesión determinará, en gran parte, su
futuro. “Si no comprendemos de una buena vez que es fundamental
y la dejamos de lado, sólo produciremos personas frustradas
y sin motivación”.
Para tomar esta decisión se necesita un objetivo
preciso, información y apoyo de los padres; por ejemplo,
si un individuo desea estudiar veterinaria, es preciso que sepa
cuáles son las materias, duración y lugares en que
se imparte, para que así asuma compromisos, comentó.
Los talleres del COE
El COE, agregó, es al mismo tiempo un espacio donde
expresarse y buscar consejo. En él se imparten talleres,
cursos y asesorías para que los interesados escojan la mejor
opción. También se asesora a los papás y se
les hace entender que es el hijo el quien debe decidir qué
y dónde estudiar.
Desarrolla tus Habilidades para Aprender; Estrategias
para el Autoconocimiento y la Comunicación; Toma de decisiones;
Inteligencia Emocional y Éxito Personal, e Identidad Escolar–Identidad
Profesional, son algunos nombres de los talleres que se imparten
en el Centro.
“Una vez tomada la decisión, les pedimos que
hagan una autoevaluación para saber si es la correcta, porque
es de humanos equivocarse. Si perdieron un año, siempre se
recupera; sin embargo, lo ideal es elegir la carrera adecuada desde
el principio”, expuso.
Hoy en día es posible brindar más elementos
para la toma de decisiones, y a partir de esta experiencia se sabe
que el 30 por ciento de los jóvenes que asisten en busca
de asesoría proviene del bachillerato de la UNAM, y el resto
de escuelas incorporadas y demás.
La especialista aclaró que desde hace seis años,
20 por ciento de los universitarios busca cambiar de carrera, pero
tras participar en un taller o curso, de ese total, sólo
una tercera parte lo hace.
Es importante que la comunidad universitaria conozca todas
las opciones educativas, pues muchos tienen un marco de referencia
muy acotado y piensan que sólo hay disciplinas como medicina,
ingeniería, y arquitectura, pese a que la UNAM imparte más
de 80 carreras.
En la mayoría de los planteles de la Escuela Nacional
Preparatoria (ENP), y en la totalidad del Colegio de Ciencias y
Humanidades (CCH), hay orientadores y psicopedagogos; incluso, en
los CCH existen réplicas del COE, concluyó.