Actividades tan sencillas, comunes y divertidas como leer,
jugar memorama, aprender otro idioma o incluso recordar qué
ropa se usó la semana pasada mantienen sano nuestro cerebro.
La gimnasia o plasticidad cerebral es la capacidad que
tenemos los humanos para hacer que nuestro cerebro se adapte funcionalmente
y que el tejido nervioso se regenere o reorganice, detalló
Erika Gutiérrez Martínez, especialista de la Facultad
de Psicología (FP) de la UNAM. “Todo nuevo aprendizaje
nos permite tener una mejor calidad de vida en las etapas adulta
y de vejez”.
Estas conexiones no se dan por el simple hecho de mirar
las cosas, “no podemos mantenernos como observadores pasivos,
es necesario aprender cosas y situaciones nuevas”, agregó.
“Vemos los estímulos y, a partir de éstos,
tomamos decisiones basadas en experiencias pasadas. La plasticidad
cerebral es la generación de un nuevo aprendizaje debido
a nuevas conexiones”, dijo.
Diversos estudios comprobados revelan que mientras más
activa es una persona a lo largo de su vida, es menos probable que
padezca enfermedades neurodegenerativas como Parkinson o Alzheimer,
porque el conocimiento crea la estructura de ese centro nervioso.
Si desde niño se inculca el hábito de la
lectura y del conocimiento autodidacta, y al avanzar la edad continúan
estas prácticas, la persona tendrá menos posibilidad
de experimentar estos trastornos.
La también académica de la FP señaló
que no sólo se debe mejorar el aspecto físico, sino
también el interno. Debemos hacer ejercicio corporal y mental
para que todo nuestro organismo tenga un buen funcionamiento.
Las enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer, Parkinson
o esclerosis lateral amiotrófica atacan diferentes zonas
del cerebro; por ello, las terapias para cada paciente son distintas,
aunque la idea central es trabajar constantemente la materia gris,
para que genere nuevas rutas y opciones.
Si una zona del cerebro está dañada, éste
genera una nueva ruta o da la vuelta para continuar con el proceso
de aprendizaje o solución de problemas, pues la plasticidad
no sólo se aplica a situaciones cognitivas, sino también
en caso de lesiones motoras.
Gutiérrez Martínez indicó que al usar
una caminadora eléctrica o una bicicleta fija no sólo
se ejercitan los músculos, tendones y huesos, sino también
nuestro centro nervioso; las indicaciones que se dan a ese órgano
para que realice la actividad requieren de vías accesorias
específicas.
Para tener una buena salud mental, añadió,
se necesita entrenar continuamente el estado cognitivo, es decir,
tener siempre ocupado el cerebro en alguna acción o pensamiento.
Asimismo, es necesario cuidar la salud emocional y realizar
trabajo físico que provoque la generación de endorfinas
y encefalinas, que facilitan la plasticidad entre las neuronas,
pues ésta no se refiere únicamente a las nuevas conexiones,
también a la reorganización y liberación de
más o menos neurotransmisores.
Además, la alimentación es básica;
en la medida en que se consuman más productos que contengan
antioxidantes, como las vitaminas C y E, betacarotenos, polifenoles
o selenio, más se retrasará el envejecimiento de las
neuronas, concluyó.