Si no se revierte la condición social en América
Latina marcada por los 35 millones de habitantes que no saben leer
ni escribir y los 22 millones de jóvenes entre 15 y 24 años
que no estudian ni trabajan (circunstancia que implica inseguridad,
violencia, adicciones, frustración y suicidios), cometeríamos
un gravísimo e histórico error, advirtió el
rector José Narro Robles.
En su participación
en la mesa redonda Latinoamérica 2010 ¿Cómo
Hemos Llegado Hasta Aquí y Por Qué? El Capital Humano
de la Universidad ¿Palanca de Modernización o Guarida
de Utopías Regresivas?, convocada por el grupo Santander,
Narro Robles anticipó que en la próxima reunión
de la Cumbre Iberoamericana de fines de año en Argentina,
se planteará a los jefes de Estado y de gobierno la conformación
de un fondo para establecer un equivalente al Erasmus europeo de
movilidad estudiantil.
Se trata de una aportación, abundó, en la que también
convergerían Santander a través de Universia y empresas
iberoamericanas que, desde luego, no va a desequilibrar las finanzas
públicas ni tampoco generará efectos inflacionarios.
“No conozco una sola crisis en el mundo que se haya generado
por invertir en educación”, estableció.
En el segundo
día de trabajos de este foro, en el Palacio Real de la Magdalena
de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), el
rector de la UNAM dijo que, ciertamente, en América Latina
hay avances en la región, pero preocupa que hoy existan 182
millones de personas en pobreza y 71 millones en situación
extrema. “Son condiciones éticamente inaceptables que
generan una gran cantidad de problemas sociales”.
La región
latinoamericana, añadió, vive una década de
oportunidad, aunque una de las áreas en las que deberíamos
incidir de manera fundamental es la educación, con una mejoría
en todos los niveles, y una ampliación de la cobertura en
el superior.
Al respecto,
citó que en la última década los recursos destinados
a la investigación científica aumentaron del 0.57
al 0.68 por ciento del Producto Interno Bruto, cuando las naciones
desarrolladas canalizan cerca del cuatro por ciento.
Por ello —argumentó—
tenemos el reto de la cobertura, de la calidad, de la pertinencia
y del financiamiento. Junto con España y Portugal, debemos
promover la movilidad estudiantil, pues nos beneficia a todos al
propiciar una mejor investigación en nuestros países
y al optimizar el uso de nuestra infraestructura y experiencia.
“El Erasmus moviliza hoy, en Europa, a más de dos millones
de estudiantes”, detalló.
En la mesa,
José Joaquín Brunner, investigador de la Universidad
Diego Portales, de Chile, coincidió en que hay un problema
de volúmenes de recursos destinados a educación, aunque
también las modalidades de aplicación de estos fondos
deben incidir en la mejora de las tasas de titulación y graduación.
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