En México, no queremos que se siga perpetuando la
pobreza, que no es reciente, sino secular; ni tampoco la desigualdad,
que no es producto del siglo XX, y la venimos arrastrando desde
siglos atrás, advirtió el rector de la UNAM, José
Narro Robles.
Al inaugurar el Seminario Igualdad y desarrollo en
México, organizado por esta casa de estudios y la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
aseguró que en los últimos lustros, se ha pasado de
mensajes tan espectaculares como “aprender a administrar la
riqueza”, a tener crisis reiteradas e importadas, o errores
invernales.
Hemos sido alumnos disciplinados, dóciles y de los más
aventajados para aplicar una serie de programas que nos fueron diseñados,
y que decidimos aplicar hasta sus últimas consecuencias,
con la expectativa de que nos ayudarían para tener un avance.
Sin embargo, “no hemos alcanzado un desarrollo humano más
parejo que el que hoy tenemos”, apuntó.
Junto a Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva
de la CEPAL, el rector consideró necesario un pacto republicano
diferente. Pongámonos de acuerdo y construyamos un país
distinto.
Es indispensable diseñar un sistema económico
que pueda adecuarse a las condiciones, características y
necesidades propias; se deben hacer las reformas que se requieren,
pero en conjunto, porque de una en una, no se lograrán, ni
se tendrán todas las cartas sobre la mesa.
En el Auditorio de la Coordinación de Humanidades,
Narro Robles señaló que nuestro país tiene
una economía muy abierta, equilibrio en las finanzas públicas,
reservas internacionales nada despreciables, combinadas con pobreza,
desigualdad, ignorancia y enfermedad.
En su oportunidad, Bárcena Ibarra indicó
que América Latina no es la región más pobre
del mundo, pero sí la más desigual; esta condición
recorre cinco siglos de discriminación racial, étnica
y de género. Tenemos ciudadanos de primera y de segunda categorías,
y la peor distribución del ingreso.
Por ello, mencionó que la sociedad debe migrar de
lo individual a lo colectivo, “debemos suturar esas heridas
de desigualdad, e hilvanar el hilo de la cohesión social
en México”.
Si bien el crecimiento es condición necesaria, no
es suficiente; se requiere una acción decidida y fuerte del
Estado, basada en el principio de igualdad de derechos, dijo.
La funcionaria de la CEPAL refirió que hoy día
el Estado, el mercado y la sociedad no pueden actuar por separado.
Es necesario, un pacto fiscal que procure una estructura
y una carga tributaria con mayor impacto redistributivo; un uso
transparente de los recursos, sujeto a la rendición de cuentas;
un Estado en donde se pueda, a través de la política
pública, garantizar umbrales de bienestar; una institucionalidad
laboral que proteja al trabajador, así como un orden democrático,
en el que la orientación del desarrollo plasme la voluntad
de la mayoría.
Finalmente, Estela Morales Campos, coordinadora de Humanidades,
opinó que analizar la desigualdad como elemento desestabilizador
del desarrollo es fundamental en este momento de nuestra historia.