Boletín UNAM-DGCS-384
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 26 de junio de 2010

 


CON INCUBACIÓN ARTIFICIAL, BUSCAN PRESERVAR AL GUAJOLOTE SILVESTRE

 

• Especialistas de la UNAM y Semarnat trabajan en un proyecto para aumentar la población de esas aves en el país, en peligro de extinción
• Los huevos son cuidados en la FMVZ hasta que eclosionan; después, los animales son reintegrados a su hábitat

Para preservar al guajolote silvestre, en peligro de extinción en México, especialistas de la UNAM trabajan en la incubación artificial de huevos de esta especie.

Investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), en colaboración con especialistas de la secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), desarrollan un proyecto para apoyar la reproducción del ave e incrementar su población.

En México, existen dos subespecies: el guajolote Gould y el Río Grande, ambos en peligro de extinción; la diferencia entre uno y otro, se determina por su localización geográfica, y por el ancho del color blanco en la punta de la pluma de la cola.

Las incubadoras

Las incubadoras se ubican en una unidad de aislamiento del Departamento de Producción Animal: Aves, de la FMVZ; son seis máquinas con controles automáticos de temperatura, humedad y volteo, provenientes de un Centro para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS) de la Semarnat.

A lo largo de 28 días, incuban los huevos, y al momento del nacimiento, se transforman y reciben a los polluelos como las nacedoras tradicionales.

Los pequeños animales permanecen en la Facultad cerca de 48 horas y, posteriormente, son devueltos al CIVS para que sean puestos en corrales protegidos.

El responsable del proyecto, José Antonio Quintana López, explicó que en el período de reproducción, personal del CIVS lleva los huevos una vez a la semana para ser colocados dentro de las incubadoras, “seis en total, con capacidad para 40 huevos”.

Las incubadoras cuentan con controles automáticos y con dos charolas para 20 huevos, cada una. Llegado el momento, suprimen el volteo, quitan las divisiones que los sostienen, y ajustan temperatura y humedad para favorecer el nacimiento, agregó.

Dentro de la misma máquina, los polluelos secan el plumón; posteriormente, se extraen, se colocan en una caja que contiene una cama absorbente de humedad, un foco que produce 33 grados centígrados de temperatura ambiental, agua y alimento, y a las 48 horas, son trasladados al CIVS en donde, una vez que empluman, son reintegrados a los corrales para aparearlos cuando sean adultos.

Quintana López resaltó la importancia de no permitir que el ave se impronte (proceso de aprendizaje en animales jóvenes por un período corto de receptividad, del que resulta una reacción estereotipada frente a otro ser vivo o juguete mecánico.) al humano, pues los pavos, al igual que los pollos, codornices y patos, adoptan como madre lo primero que ven que camina.

La unidad en la que se desarrolla el proyecto trabaja toda la semana, pues no sólo atiende la incubación y nacimiento asistido, sino que realiza diagnóstico sobre mortalidad. Estudiantes de maestría y especialidad analizan aspectos relacionados, así como la infertilidad y la muerte embrionaria, entre otros.

La colaboración entre ambas instituciones, prosiguió, surgió porque el CIVS no tiene un espacio adecuado para que el proceso de eclosión sea exitoso. “La FMVZ asumió el reto, pues cuenta con las instalaciones y el equipo necesarios, así como con el personal calificado para esta tarea”.

El Centro tiene seis corrales de cinco metros de ancho por 10 de largo, destinados al alojamiento de los pavos en reproducción; 60 hembras y 32 machos por corral. Al año de edad, las hembras se pueden reproducir, y ponen entre 20 y 30 huevos; mientras, los machos son reproductivos después de dos años.

Estos espacios son cerrados para evitar el vuelo y la invasión de depredadores, pues la supervivencia de los huevos y de los pavos pequeños es amenazada, principalmente, por las condiciones climáticas y por distintos animales.

La reproducción cíclica y estacional, comentó, comienza entre febrero y marzo, y concluye en junio, cuando comienzan las lluvias.

Actualmente, se trabaja con la segunda generación de huevos, que fueron puestos por las primeras guajolotas nacidas mediante incubación artificial en la FMVZ. A estos pavos la Semarnat les dio el nombre de UNAMitas.

--oOo--

 

Fotos

Cuando los huevos eclosionan, los polluelos secan el plumón en la incubadora; posteriormente, se colocan en una caja que contiene una cama absorbente de humedad, un foco que produce 33 grados centígrados de temperatura ambiental, agua y alimento.