Boletín UNAM-DGCS-376
Ciudad Universitaria.
14:15 hrs. 22 de junio de 2010

Felipe Cruz García


LA ADQUISICIÓN DE NUEVOS GENES, BENÉFICO PARA LAS PLANTAS

 

• Pueden garantizar la diversidad genética para adaptarse mejor a las condiciones ambientales, dijo Felipe Cruz García, de la FQ de la UNAM

Se debe asegurar que las plantas con flores (angiospermas) incorporen nuevos genes en sus poblaciones, pues así pueden garantizar la diversidad genética que les permita adaptarse mejor a las condiciones ambientales, explicó Felipe Cruz García, académico de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.

Mediante la identificación e incorporación de nuevos alelos de especies silvestres, las plantas pueden incorporar características agronómicas adecuadas que permitan contender contra sequías, altas temperaturas, heladas, plagas de insectos u hongos. Además, pueden ser más resistentes y productivas.

Con el conocimiento en genética molecular se ha determinado que a través del polen se puede garantizar la adición de nuevos genes. Por ello, en el Departamento de Bioquímica de la FQ, se estudia la capacidad de las angiospermas para reconocer y discriminar el polen que producen, porque si utilizaran el propio para autofecundarse, con el tiempo, presentarían problemas por endogamia, dijo.

Se pueden autofecundar con facilidad, indicó, porque la mayoría cuenta con ambos sexos; sin embargo, esa acción no es conveniente, porque a largo plazo las poblaciones descendientes reducirían su variación genética, y eso repercutiría en su adaptación a nuevos ambientes. Por el contrario, si la descendencia es producto de la cruza con individuos diferentes, mostrarán mayor vigor.

Por más de 10 años, Cruz García ha estudiado el mecanismo genético y bioquímico que controla esa discriminación, tarea que implica la identificación, clonación y secuenciación de los genes que participan.

La diversidad genética tiene su origen, en primera instancia, en las mutaciones que forman nuevos alelos, que se heredan través de la reproducción sexual y, con la polinización, se distribuyen entre la población.

El mecanismo de reconocimiento y rechazo del polen, conocido como incompatibilidad sexual, ha sido trascendente en la evolución de las angiospermas, porque representa variedad y, a su vez, un control reproductivo.

En este proceso, el gineceo (pistilo) selecciona con qué individuos tener descendencia; “de alguna forma es cruel y caníbal, porque mata a su propio polen para no generar endogamia”, explicó.

Este tipo de estudios tienen una importancia evolutiva y ecológica notable en el campo de la biología, pero también en la agronomía, porque al conocer el control genético y bioquímico de los sistemas de incompatibilidad sexual, se podrían modificar para obtener mayores beneficios de las plantas.

“En la agricultura es deseable conservar ciertas características e incorporar otras”, aseveró. Por ejemplo, la planta del jitomate puede auto polinizarse, pero con el tiempo podría caer en una depresión por endogamia, empezaría a ser más susceptible a plagas y patógenos, o no podría resistir las altas temperaturas.

Por lo tanto, en ese sector se requiere variedad y destacar ciertas particularidades –como frutos grandes, dulces y durables– que naturalmente se van seleccionando, pero al paso de los ciclos de auto fecundación, podrían perderse. Por ello, los programas de mejoramiento genético se encargan de incorporar diversos alelos silvestres, concluyó.

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La diversidad genética de las plantas tiene su origen en las mutaciones que forman nuevos alelos, que se heredan través de la reproducción sexual y, con la polinización, se distribuyen entre la población, dijo Felipe Cruz García.