Boletín UNAM-DGCS-358
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 14 de junio de 2010

Antonio Gazol Sánchez


LA GESTIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA ANTE LA CRISIS Y SUS REPERCUSIONES, POCO EFICIENTE

 

• Falló en el diagnóstico inicial, no midió bien el problema y tardó en poner en marcha un plan de recuperación, dijo Antonio Gazol Sánchez, de la FE de la UNAM
• Tampoco previó que las debilidades estructurales de muchas economías europeas constituyeron un campo propicio para ataques especulativos, añadió el universitario
• Alrededor del 30 por ciento de los empleos que actualmente se generan en México, son informales, destacó

La gestión de la Unión Europea (UE) ante la crisis de 2008 y sus repercusiones (como la crisis griega) ha sido poco eficiente; en primer lugar, porque no acertó en el diagnóstico inicial; después, no midió correctamente el tamaño del problema, y tardó en poner en marcha un plan de recuperación que no sólo atendiera las necesidades e intereses del sector financiero, sino que tuviera en cuenta las consecuencias, aseguró el académico de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, Antonio Gazol Sánchez.

Asimismo, dijo, no fue capaz de prever que las debilidades estructurales de muchas economías y de la propia integración europea, constituyeron un campo propicio para los ataques especulativos, porque una vez que ocurrieron, no reaccionaron a tiempo ni de forma coordinada.


“Por tanto, la crisis y sus secuelas han puesto de manifiesto que este proceso de integración tan exitoso y paradigmático para muchos, es menos sólido de lo que se solía creer, y por consiguiente, demanda una profunda revisión”, destacó el especialista.

La crisis mundial de 2008 y sus repercusiones han revelado que la Unión Europea no constituye el modelo de unificación regional que se pensaba, o que aparece descrito en discursos e informes oficiales.

“Lo que sucedió es que la crisis griega despojó a la UE de su atractivo ropaje”, indicó Gazol Sánchez.

“Es cierto que la UE ha logrado avanzar en la formulación y aplicación de políticas comunes en el sector comercial, agrícola, pesquero y de transporte, así como de competencia, o para la zona euro en el ámbito monetario, y también ha desarrollado una estrategia de desarrollo regional”.

Sin embargo, aún no existe una política industrial común, mucho menos una fiscal, y está lejos de alcanzar una social, de empleo o de inmigración, acotó en la Sala Octaviano Campos de la FE.

Es erróneo creer que no nos afecta la tendencia del euro

Mientras, el académico de la FE, Eduardo Loría Díaz de Guzmán, señaló que al analizar cuál sería el mecanismo de transmisión de una depreciación o apreciación del euro sobre la relación que mantenemos con el dólar, se pudo determinar que el vínculo peso-euro se relaciona uno a uno con la relación dólar-euro y peso-dólar.

Es decir, las tres monedas se encuentran amarradas entre sí, porque se mueven una a una; por lo tanto, si el dólar se deprecia respecto al euro, el peso también lo hará, lo que implica una relación unitaria que genera un efecto directo y simétrico.

“Parecería que las monedas están atadas, al menos en lo que respecta a nosotros; por lo tanto, es erróneo creer que no nos afectan las tendencias del euro, pues hay una reacción de uno a uno, donde se presenta una variable como espejo en cuanto a lo que acontece en torno a nuestras relaciones cambiarias con Estados Unidos y la zona euro”, concluyó.

 

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Fotos

Para Antonio Gazol Sánchez, de la Facultad de Economía, la crisis de 2008 reveló que la Unión Europea no constituye el modelo de integración regional que se solía creer.