La creación de la nueva comunidad en América
Latina surgida de la II Cumbre de América Latina y el Caribe
sobre Integración y Desarrollo que se realizó en febrero
pasado en Cancún y que aún no tiene nombre oficial,
es de interés para la mayoría de las naciones de esa
región, pero particularmente para México, porque con
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, se alejó
de ellas, consideró el integrante del Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM, Ricardo Valero Becerra.
El especialista mencionó que otra de las razones
por las que a México importa ser parte de esta comunidad,
es porque el Grupo de Río es el único en el que participa
de todas las organizaciones de AL; además, podría
servir de puente entre Estados Unidos y el resto de Latinoamérica.
De acuerdo con Valero Becerra, la comunidad de reciente
creación ofrece la posibilidad de que los países latinoamericanos
puedan tener, de manera concertada, objetivos coincidentes frente
a grandes problemas actuales.
“Es un proyecto que apenas comienza en el que no
se han definido las acciones ni los métodos, lo que sí
se tiene claro es que será en beneficio de los estados latinoamericanos
y del Caribe. Falta por precisar un plan, alcances, objetivos y
metas a corto plazo”, detalló.
Uno de los propósitos de esta nueva comunidad, explicó,
es conjuntar a todas las cumbres instituidas en América Latina
y el Caribe en una sola, además de agendar reuniones periódicas
de consulta que puedan cumplir alguna utilidad.
Por su parte, dijo, México propone que la nueva
comunidad sea una estructura paralela a la OEA, pero distinta en
sus objetivos.