Boletín UNAM-DGCS-341
Ciudad Universitaria.
12:30 hrs. 5 de junio de 2010

Víctor Barradas Miranda


POR ACTIVIDAD HUMANA, SE ACELERA LA EXTINCIÓN DE ESPECIES MIL VECES MÁS QUE SU TASA NATURAL

 

• La economía planetaria está basada en los combustibles fósiles; mientras no se centre en energías alternativas será difícil acoplar lo económico y lo ambiental, dijo Víctor Barradas Miranda, del Instituto de Ecología
• Hay algo que todos podemos hacer para detener el deterioro ambiental del planeta: ahorrar agua y energía en nuestra propia casa.

“Invertir en una regadera que, en principio, cuesta 10 veces más, pero que ahorra agua y energía, y utilizar focos ahorradores para hacer más eficiente el uso de la electricidad doméstica, son actividades posibles y útiles para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo el investigador Víctor Barradas Miranda, del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.

 

En el Día Mundial del Medio Ambiente, que desde 1972 se celebra cada 5 de junio para fomentar acciones a favor de los ecosistemas, Barradas Miranda recordó que la economía planetaria está todavía basada en los combustibles fósiles, especialmente en el petróleo.

 

Mientras no exista un cambio de fondo y la economía no rote hacia las energías alternas, será muy difícil acoplar lo económico y lo ambiental para detener el deterioro del planeta, que incluye asuntos globales como el cambio climático y la acelerada extinción de especies vegetales y animales.

 

A nivel individual, el ahorro de agua y de energía son acciones útiles, porque la Tierra es un ente viviente, donde el medio ambiente es como una gran trama tridimensional en la que algo estamos haciendo actualmente que tendrá efecto dentro de 50 ó 100 años, aunque no se perciba.

 

“Cuando comenzó la Revolución Industrial se quemaron combustibles fósiles en grandes proporciones, y se pusieron grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Desde entonces, se han generado muchos gases de efecto invernadero y ahora estamos resintiendo el cambio climático”, señaló.

 

De acuerdo con datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la actividad humana ha acelerado la extinción de especies mil veces más que su tasa natural.

 

Este daño afecta a una enorme variedad de plantas, insectos, aves y mamíferos, que reducen su presencia en la Tierra, mientras avanza la sobrepoblación humana con necesidades de consumo de alimentos, agua y energía, tres ejes que han desequilibrado la “trama” de la urdimbre ecológica.

 

Según el PNUMA, 17 mil 291 especies están en vías de extinción, y muchas desaparecen antes de que hayan sido descubiertas e identificadas.

La razón principal de este deterioro es un equivocado enfoque de desarrollo, que ha talado los árboles de selvas y bosques, drenado la mitad de los humedales del mundo y empobrecido tres cuartas partes de la población de peces.

 

En este 2010, el lema del Día Mundial del Medio Ambiente es “Muchas especies. Un planeta. Un futuro”. La frase es un llamado urgente a conservar la diversidad de vida en el planeta, es decir, cada uno de los hilos que forman la trama de la compleja tela que es la biodiversidad.

“Cuando tenemos problemas es cuando nos damos cuenta de la actividad y la importancia del medio ambiente. Por ejemplo, los bosques son fundamentales para generar oxígeno, pero apenas producen el 20 por ciento, y los océanos generan el 80 por ciento. Pero mientras tengamos aire, no lo percibimos, y se sigue contaminando seriamente a esas porciones de agua”, comentó. Una solución sería darle un valor económico a la naturaleza.

 

“Durante años nos dijeron que el agua era un recurso infinito, que nunca se iba a acabar y tenía un valor económico cero. Quizá de ahí viene nuestra percepción”, finalizó.

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Fotos

Víctor Barradas Miranda, del Instituto de Ecología de la UNAM.

Efectos del cambio climático en los glaciares.